El año que viene, en junio, habrá elección de ministros, magistrados y jueces, pues la reforma judicial –nos guste o no– es un hecho. Hay una enorme discusión en los medios sobre la misma y podemos empezar por tratar de entender lo que va a costar dicha elección. Sin embargo, esto no parece lo más complicado. La cuestión es cómo se van a votar tantos puestos por parte de la ciudadanía. ¡Cuántas boletas tendremos que usar por ciudadano? pues se estima que hay unos 4 mil puestos a elegir. Para colmo, aquí no es una cuestión partidista y por ende no podemos decidir por el partido que sea de nuestra preferencia. ¿Cómo vamos a saber, de leer solamente los nombres, si esos candidatos a jueces son susceptibles de serlos? Muchas preguntas pero cero respuestas.
La reforma judicial se dio en el final del sexenio pasado y por razones que no entiendo, los diputados la sacaron en "fast track" como regalo de fin de sexenio a AMLO. Yo no sé por qué lo admiran tanto, si en números y estadísticas, la mayoría de lo que hizo fue un desastre. Sólo el dato de 200 mil muertos de forma violenta habla de un gobierno fallido. En fin.
Con la nueva presidente, Claudia Sheinbaum, que ha dicho que esta reforma servirá para que haya jueces respetables, sin los vicios del pasado, honestos, de una probidad a prueba de todo, etcétera, permitirá limpiar el poder judicial. Esos son los candidatos que supuestamente buscarán acceder al poder. Curiosamente, antes de esta declaración, Yasmín Esquivel ya se pronunció por su inclusión en el juego de los candidatos para el 1 de junio del 2025. Pero que no se nos olvide que esta impresentable plagió su tesis de licenciatura y doctorado. Y gracias a las leyes, logró que se congelara su destitución y que incluso, la UNAM tomara decisiones al respecto. Ahora esta señora pirata sale en los medios encantada, porque chance y ahora se convierta en presidenta de la Suprema Corte.
Pero uno podría pensar que la señora será eliminada de esta posibilidad por su falta de honestidad, la cual es a todas luces un hecho. Bueno, pues déjenme decirles que apuesto doble contra sencillo que la señora plagiaria logrará quedarse en la Suprema Corte, porque todo es palabrería y todo se olvida rápidamente. Y no importa que haya grabaciones, registros al respecto, porque eso no importa. Y pongo un ejemplo final, cuando López Obrador decía que él nunca había afirmado que la gasolina /si gobernara Morena/ costaría 10 pesos. Está grabado
Así pues, ya vayan viendo a la cretina de Yasmín Esquivel como presidente de la Suprema Corte. Todo lo que digan sobre la honestidad de los candidatos es otra mentira más, ya verán.
Una reflexión final: la plagiaria Esquivel tiene sin duda mucha culpa en el tema de sus tesis, pero sus sinodales –de los cuales no se habla – son copartícipes de esta trampa académica infame.