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Thursday, July 14, 2016

De los lectores electrónicos de libros


Ya comenté en este blog mi problema con Gandhi. Brevemente: compré un libro electrónico el cual requería instalar un programa llamado Kobo. Hice lo que correspondía pero no se pudo cargar el libro. Hablé a Gandhi y en el "call center" me atendieron con amabilidad, aunque no pudieron resolver la dificultad. Pasaron dos meses y les escribí diciendo que ya no me interesaba el asunto y que me regresaran mi dinero. Contestaron que la política de la empresa no era hacer devoluciones en libros electrónicos. Ante semejante respuesta los acusé de ladrones y les dije que los llevaría primero a la PROFECO y si eso no funcionaba, los demandaría legalmente por robo.

Pero antes de que pasara eso me habló Efrén Tapia, que es el gerente de e-commerce de Gandhi. Me ofreció una amplia disculpa y me dijo que, el dinero del libro me lo habían ya reembolsado a mi tarjeta de crédito. Quedamos de vernos para explicarme lo que había pasado. Y este lunes 11 lo vi una mañana y hablamos de la estrategia de Gandhi en términos de libros electrónicos, entre muchas otras cosas que ya contaré. Pero por el momento debo decir que Efrén, a manera de disculparse o de rectificar de alguna manera el trato que me dieron, me regaló un lector electrónico Kobo (anagrama de "book") (https://us.kobobooks.com/products/kobo-aura-h2o), el cual es el modelo más costoso que vende Gandhi y que tiene la particularidad de que es, además, contra agua. Le dije que era muy generoso porque lo que pasó no era para tanto, pero me quedó claro que Gandhi, a través de Efrén, buscaba resarcir la mala imagen que dejó.

Y aunque ya hablaré de la plática que tuve con Efrén, en este momento me gustaría hablarles sobre este lector electrónico que cuesta unos 4 mil pesos. Efrén también me regaló la funda del juguete, que en el sitio de Kobo está en unos 800 pesos. Es decir, que si alguien quiere hacerse de un lector de esta naturaleza, pues hay que pensar en desembolsar unos 5,000 pesos, aproximadamente.

El lector es muy liviano y esto de la tinta electrónica es algo formidable en algún sentido. Cuando uno abre la caja del Kobo, pareciera que fuese una lámina que estuviese sobre la pantalla pero no, así es la tinta electrónica, la cual gasta muy poca energía. Y tan es así, que hay que cargar el dispositivo cada 2 meses aproximadamente.

Kobo junto con Porrúa y Gandhi, han hecho una alianza que se llama Orbile (elibro al revés), y cuando uno compra un libro electrónico en Gandhi, en principio debería poderse instalar directamente en el dispositivo sin más trámite. Si no se tiene lector, pues se puede descargar un programa que hace las funciones requeridas para cualquier tablet o computadora, de escritorio o laptop.

El lector mide unas 6.8 pulgadas en su pantalla. Usa, como a mencionamos, e-ink y es táctil. Esta diseñado para ser el lector oficial de Porrúa y Gandhi, pero también pueden cargarse libros a través del puerto USB con el cable que viene en la caja, que además, permite cargar el dispositivo. Kobo trabaja con el formato ePub que parece ser, tiene algunas ventajas sobre el formato PDF, por ejemplo, entre los que se cuentan una mayor versatilidad para cambiar el tamaño de la letra, poner notas, etcétera. Voy a probar con algún ePub para ver las diferencias.

Con respecto a los PDFs, la experiencia es más o menos parecida a la de leer un libro electrónico sin mayores pretensiones. El software de Kobo permite definir dónde queremos apretar para movernos a la siguiente página o a la anterior, entre otras cosas. La verdad es que es bastante cómodo el usar este dispositivo porque se pueden tener muchos libros en la memoria, que tiene -según entiendo- 4 GBytes, aunque puede ponerse una tarjeta microSD para poder poner más libros. Una virtud de este modelo es que es contra agua, lo cual es una buena idea para lo que pueda ocurrir en caso de un accidente.

Lo único que me decepcionó, y aquí no es culpa de Gandhi, es la tinta electrónica. El "refresh rate", es decir, el despliegue de una página a la que sigue es relativamente lento, así como el scroll sobre la pantalla. No es grave ni nada para decir que es inútil usar este dispositivo, pero pensé que este asunto de la tinta electrónica, que finalmente permite leer con el dispositivo en cualquier parte, incluso frente al Sol, era mucho más rápido en el despliegue. Pero fuera de esto, creo que la idea de hacerse de un lector así es buena, porque permite llevar prácticamente la biblioteca personal en un aparatito que pesa menos que un cuaderno.

Como anécdota y para que vean cómo han cambiado las cosas: en 1978, cuando Korchnoi retó a Karpov por el título mundial, el grupo de asesores de Anatoly Karpov llevó unos sesenta kilos en libros de ajedrez para ayudar al campeón en caso de ser necesario. Hoy en día, eso se puede llevar en el dispositivo Kobo, o similares, de manera trivial.

Cabe agregar que mi queja llegó finalmente a resolverse y al menos noté una muy buena disposición en todo este asunto por parte de Gandhi. Y desde luego, agradezco la generosidad de la librería en este sentido.

Monday, May 30, 2016

Gandhi y su lamentable sistema de venta de libros electrónicos


Dice la Wikipedia: "La expresión primer mundo actualmente hace referencia a aquellos países que han logrado un muy alto grado de desarrollo humano (IDH), disfrutan de los más altos estándares de vida posibles, gracias a una buena distribución de la riqueza, sanidad, esperanza de vida y calidad de los servicios. Existe una gran correlación entre países con este tipo de status y el hecho de que posean instituciones democráticas robustas". Y me centraré en la "calidad de los servicios" a través de un ejemplo en México:

Compré un libro en Gandhi.com.mx, librerías de prestigio desde que tengo noticias. En esas librerías la cafetería era muchas veces un club de ajedrez y backgammon. Muchos ajedrecistas importantes del país se daban cita en las instalaciones de Miguel Angel de Quevedo. Pero eso fue antes. Hubo una remodelación y la cafetería dejó de ser punto de reunión de los ajedrecistas (ahora se reúnen en el Juglar, para quien le interese) y evidentemente crecieron en su oferta de libros, CDs, DVDs, etcétera. Gandhi es más que una librería y la cantidad de cosas que venden es la prueba de ello. Pero regreso al punto:

Compre un libro a través de la página electrónica de Gandhi. Era un libro-e, un libro electrónico, no en papel, el cual me costó 180 pesos. Nada para alarmarse. Me llegó un correo a mi cuenta agradeciendo mi pago y diciéndome que podía empezar a leer prácticamente de forma inmediata mi compra, descargando un programa llamado Kobo. Pues eso hice y empezaron las dificultades. Se supone que con la cuenta que uso en el sitio web de Gandhi podía reconocerme el sistema Kobo y así empezar a disfrutar de la lectura pero no se pudo. No reconoce mi clave ni mi nombre de usuario.

Hablé entonces a soporte de Gandhi y una persona me atendió muy amablemente. Me dijo qué pasos seguir para instalar Kobo, cosa que volví a hacer asumiendo que a lo mejor me habría equivocado en algo, pero no. Todo fue como cuando uno instala alguna aplicación en la computadora. Entonces me dijo que le diese click en una opción y ahí me pidió mis datos, que no reconoció. El que me ayudaba, vía telefónica, dijo que una opción era entrar a ka página de Gandhi y "resetear" mi contraseña. Lo hice así y no hubo problemas, pero al tratar de nuevo darme de alta en Kobo para disfrutar "inmediatamente" de mi libro comprado, ¡ay! No se pudo. No me reconoció la clave y/o la cuenta. Lo intenté varias veces y ¡ay de nuevo! ahora me bloqueó la cuenta por intentarlo más de cinco veces.

Ya francamente molesto le dije al que me ayudaba, que repito, lo hacía de muy buena manera, que su sistema era una porquería. Que yo me dedicaba a cómputo y que si yo no podía echar a andar el sistema, qué esperanzas de que alguien sin experiencia pudiese hacerlo. Hizo mutis. 

Entonces el de soporte me dijo: "le voy a pedir me mande la pantalla en donde aparece el mensaje de error" y la envíe a el cliente@gandhi.com.mx. Le daremos respuesta por el mismo medio.

Han pasado más de 24 horas y no tengo respuesta alguna. Y he aquí el problema: entiendo que Gandhi ha buscado una alianza con esta empresa Kobo, para repartir sus libros electrónicos. Gandhi no manda un PDF porque asumen que como nadie respeta, el que haya comprado el PDF en cuestión seguramente lo va a andar regalando a todo el mundo. Entiendo sin embargo que quieren proteger su inversión y de alguna manera hacen difícil el pirateo de libros. Muy bien, pero ese esquema no es transparente al usuario que legítimamente compra un libro. No, tiene que padecer un sinfín de problemas y no puede leer su libro inmediatamente, como alude la propia empresa en el correo que mandan cuando uno ha pagado la compra.

Y compárenlo con el servicio que da Amazon. Compren un libro electrónico en esa empresa. No han acabado de dar click y ya lo tienen en su biblioteca virtual. Ya se puede leer. Es cierto que hay que instalar el Kindle reader, pero esto se hace una vez y se identifica uno a la primera y sí, ya puede uno leer la compra que de inmediato está en nuestro espacio virtual.

Vender libros electrónicos, hacerle al vendedor eficiente como ocurre en Estados Unidos, es un mito en nuestro país. No funciona, hay que perder no sé cuantas horas para tratar de poder instalar su paquete para leer los libros y repito, no funciona. En serio, el primer mundo no es anunciar la posibilidad de vender libros electrónicos, es dar un servicio de verdad, es hacer que las cosas funcionen. De hecho, el libro se compró el 17 de abril y no he podido ni ver la portada en el lector de Kobo. Esa es la triste realidad de lo lejos que estamos de los servicios del primer mundo.