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Tuesday, May 29, 2018

El lenguaje parece que tiene estructura de árbol



Hace tiempo pensé que el lenguaje podría definirse como una lista simplemente ligada (http://la-morsa.blogspot.com/2013/08/el-lenguaje-es-una-lista-ligada.html). La idea era simple. Puedo escribir, por ejemplo: "la pelota es azul", pero no puedo poner: "azul es pelota la", es decir, hay un orden (las reglas gramaticales), que permiten saber qué va primero y qué va después. Eso hace que podamos entendernos. Los niños, cuando van empezando a hablar, cometen errores en su manera de decir las cosas porque simplemente desconocen que hay ciertas reglas o bien, que existen verbos irregulares cuya conjugación cambia. Es pues común corregir estos errores en los infantes.

Pero el otro día escribía un mensaje desde mi teléfono celular, y encontré que el sistema hace algo muy interesante: cuando escribo una palabra, por ejemplo "buenas", el sistema del teléfono me pone las siguientes palabras: "noches", "tardes", noticias", "madrugadas", "vibras", "intenciones", entre otras. Algunas de ellas no hacen sentido, por lo que las he omitido, pero si nos fijamos, el programa de predicción de texto busca finalmente las palabras que deben seguir a la palabra "buenas".

No sé de dónde habrá salido esta idea, pero es interesante. Vamos, no escribo: "buenas tránsito", ¿verdad? Y esto hace pensar que de nuevo, como en el artículo de este mismo blog que ya mencioné, el cerebro va armando un lenguaje con una estructura que s de un árbol de múltiples ramas y nodos, es decir, no es tan simple como un árbol binario, pero que no es tampoco imposible de crear con algún lenguaje de programación. De hecho, el sistema que tengo en mi teléfono hace precisamente esto.

Me parece que la idea es buena y voy a ver si puedo armar un subconjunto usando un diccionario que tengo de palabras, que viene de un proyecto en Linux. Si tengo algo pronto, lo presentaré en este mismo puedo armar un subconjunto usando un diccionario que tengo de palabras, que viene de un proyecto en Linux. Si tengo algo pronto, lo presentaré en este mismo

Tuesday, April 10, 2018

Teorías conspiratorias, “fake news”, ciencia y acceso a la información



Antes de Internet, que tampoco fue hace tanto, había un status quo en muchos nichos de la cotidianidad humana. Por ejemplo, las disqueras hacían su agosto con sus grabaciones de artistas conocidos, en donde vendían diez canciones y nueve u ocho, para la mayoría del público, resultaban irrelevantes. La gente compraba muchas veces el disco del cantante de moda por una o dos canciones, que eran las que se publicitaban en los medios. En otro ámbito, el de los libros, publicar una obra implicaba necesariamente ir a una editorial, mandar el manuscrito y esperar con fe que la editorial en cuestión decidiese que valía la pena imprimirlo. Desde luego, de 15 o 20 obras recibidas para su análisis y posible proceso de publicación, se salvaba una apenas en general. Vamos, que los comités editoriales eran (y lo siguen siendo) muy estrictos con sus políticas editoriales.

Y si vamos a los medios electrónicos, la televisión abierta era lo único que había y mucha gen te ahí se informaba. Así, tuvimos en México por años a un Jacobo Zabludovsky, soldado del soldado de PRI, el “tigre” Azcárraga, papá del que ya dejó de ser mandamás de Televisa., quien nos recetó la historia oficial de este país. Sin importar las voces disidentes, solamente había una versión y era la que ponían los medios, en este caso lo que era televisa antes (televicentro) y listo, no había más. Digamos que esto es lo que hoy en día catalogaríamos como “fake news”, lo cual si lo pensamos, tiene muchos más años que el término que en estos tiempos se ha acuñado para hacer referencias a historias falsas, con quien sabe qué propósitos.

Gracias a Internet, ahora todos podemos ser nuestros propios editores, por ejemplo, o bien, crear música y subirla en MP3 a los canales adecuados o convertirnos en youtubers e “influenciers” de moda a través de la plataforma de videos de Google. Hoy el acceso a publicar, incluso en las redes sociales, nos ha dado voz a todos, aunque para Umberto Eco esto haya significado dar voz a un ejército de imbéciles.

Y esto en el fondo tiene que ser bueno porque democratiza la información, porque al final del día podemos expresarnos y ver que así como la nuestra, hay otras opiniones que no necesariamente coinciden con nuestras maneras de ser o pensar. Y eso es bueno para ir construyendo una historia humana donde caben la diversidad de opiniones, por ejemplo.

Y en este nuevo escenario es cierto, también tenemos que lidiar con la estupidez humana. Por ejemplo, aquellos que siguen creyendo o les quieren convencer que la Tierra es plana. De verdad se requiere ser muy tonto para siquiera considerar esta idea. Sin embargo, esta creencia finalmente no afecta en nada. Más grave es aquella intención que se hace pública de que las vacunas causan autismo entre no sé qué tantos males. Y hay padres que ponen en riesgo a sus hijos porque no entienden nada al respecto, o porque creen cualquier tontería que se publica en Internet. Y así, como antes se decía, para hacer un argumento fuerte: “está en un libro”, ahora hay quien dice: “apareció en Facebook”. En ambos casos se suponía que eso simplemente le daría validez al argumento. El problema es que este tipo de ideas ya pone en riesgo la vida de terceros. Va más allá de las ‘fake news” en todo caso y muestra que en ocasiones nuestra estupidez niega los avances de la ciencia. Y esto me recuerda a Dawkings, el biólogo famoso por sus libros como “El gen egoísta”, “El relojero ciego”, entre otros, que cuando un cristiano le preguntó sobre el método científico. La respuesta es impecable (vean el siguiente video):



Pero termino con lo que publicó una usuaria de Facebook, Elisa Estrada, que copio a la letra:

“Un día la profesora dice: ‘los niños que hayan acabado el ejercicio, que salgan, ella no se mueve.
-¿Por qué no sales?
-No, como dijo los niños…
-¡Niña!, cuando digo los niños es todo el mundo, tú también.
Ella sale y piensa: cuando dice los niños también soy yo; y cuando vuelve del recreo dice la profesora”: ‘los niños que se quieran apuntar al fútbol que levanten la mano’, ella la levanta.
-“¡Qué no, que dije los niños!”, y claro, ella piensa: ¿niños no es todo el mundo?
Desde ese momento estás preparada para contestar a lo que te echen, tú ya sabes que a veces eres ‘los niños’ porque es genérico, pro a veces no eres, porque es específico, son sólo los niños varones. Ellos siempre están incluidos, nosotras a veces. 
Y yo digo que de ahí viene la famosa ‘intuición femenina’, de pasarse toda la vida adivinando por el contexto: ‘¿Me estarán nombrando? ¿Estaré yo?”.

El texto es de una Asociación Civil llamada “Enfoque De Igualdad Ac” (sic), que se dedica supuestamente a la Investigación, Capacitación y Promoción de la perspectiva de género (no entiendo el criterio de quien escribió esto en lo que se refiere a mayúsculas y minúsculas, pero en fin).



Y el problema es que no parecen ser una AC muy cuidadosa con sus estudios y trabajos. Vamos, ni siquiera se tomaron la molestia de entender que el idioma español es así desde hace muchos más años que cualquier movimiento de liberación femenina y que, además, los idiomas tratan de expresar ideas, no de hacer una lucha de género. Pero el relato parece querer demostrar la incomodidad de quien lo escribe porque para dicha persona, los niños siempre son incluidos y las niñas no necesariamente.  Con respecto al relato en cuestión, si la niña se confunde, ya entenderá cuándo se habla genéricamente y cuando no. Y lo mismo podría decirse de los verbos irregulares. Enseñen a los niños (genérico, niños y niñas, por supuesto), los verbos regulares y cuando encuentren uno irregular, probablemente lo conjuguen mal. Ya aprenderán a conjugarlo bien sin duda.

Los idiomas, como el español, es en muchas expresiones machistas. Cuando se habla de los “avances del hombre”, se refiere a los avances de la raza humana, que incluye hombres y mujeres. Decir “los avances del hombre y la mujer” es finalmente estúpido. Y de hecho, ahora que estamos en época electoral, he escuchado a la candidata independiente, Margarita Zavala, decir cosas como “cuando yo sea presidenta”, expresión errónea, porque es “presidente” y se utiliza igualmente para este cargo como para cuando se habla de estudiantes. No decimos, “soy estudianta”, ¿verdad? Y si vamos más lejos, todo esto es una tontería discutirlo pero pensándolo bien, ¿no debería ser ‘tonterío’? digo, ¿por aquello del enfoque de igualdad?

Resumiendo: tal vez todas estas libertades sean fantásticas pero tienen sus contras. Digamos que hoy en día la información llega a manos llenas y tenemos que depurar lo bueno, de lo malo y de lo feo. Las verdades ya no son de unos cuantos que antes tenían acceso a opinar y publicar. Sería sensacional, pienso, que nos hiciésemos más responsables de lo que publicamos en Internet.

Sunday, October 09, 2016

El ajedrez es un lenguaje


Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los ajedrecistas es ¿por qué no mejoro en ajedrez? Y tenemos a muchos jugadores que estudian con ahínco, que trabajan duro, pero que de pronto s estancan y parece que dar el brinco a un nuevo nivel es algo prácticamente imposible. ¿Cuáles son las razones de esto? Yo tengo una teoría que podría explicar qué está pasando:

Miren, el ajedrez es como un idioma. Quienes aprenden desde niños a hablar en un idioma en particular, no lidian con reglas gramaticales, sino que con la práctica y el escuchar cotidianamente cómo hablan las personas mayores, hacen que poco a poco el cerebro de un niño comience a comprender que hay ciertas reglas que encadenan unas palabras con otras, en un orden determinado. Curioso es que cuando un niño está empezando a hablar, o ya habla con cierta soltura, de pronto se equivoca con frecuencia cuando trata de conjurar los verbos irregulares. Los mayores entonces los corrigen y poco a poco se va alcanzando un nivel "competitivo" para expresarse.

El ajedrez es algo parecido. Quien empieza a ver ajedrez desde su más tierna infancia, no se le necesita explicar incluso cómo se mueven las piezas. Si le damos el suficiente tiempo y lo hacemos con frecuencia, el niño podrá descubrir cómo es que las figuras se mueven en el tablero y cuáles son las reglas del mismo. Desde luego que no están de más las explicaciones pero a mí me queda claro que aunque no se le den ningún tipo de argumentos, si se les muestra el tablero con frecuencia y cómo se mueven las piezas, en poco tiempo el niño podrá entender al menos cómo se juega al ajedrez. De hecho, se me ha ocurrido que si a un niño, desde que nace, se le "bombardea" con tarjetas con posiciones de partidas, con las diferentes secuencias que se dieron en ellas, a la larga terminará entendiendo este "lenguaje" y sabrá qué está pasando aunque repito, no se le dé ninguna instrucción hablada.

Con el tiempo, el niño entonces va a la escuela y aprende gramática. Su vocabulario se incrementa y si se le acostumbra a leer al infante, seguro en unos pocos años tendrá una expresión oral y escrita mucho mejor que sus compañeros de clase. Por ejemplo, quien no lee no sabe cómo se escriben las palabras y por eso comete errores de ortografía que parecen "horrores". Leer incrementa el vocabulario.

En ajedrez el "leer" significa repasar las partidas de otros jugadores. Y es incluso más fácil todo porque hay muchos libros que describen las mejores partidas, las más ilustrativas, en donde se hicieron las jugadas más sorprendentes o donde quizás, se encontraron planes estratégicos nada simples que a la larga llevaron a la victoria. Quien lee mucho -valga la analogía- hallará que poco a poco las partidas importantes se vuelven parte de su vocabulario ajedrecístico. Las partidas más ilustrativas pasan a ser el acervo (el vocabulario, pues), del ajedrecista y entonces podrá aplicarlas (podrá hablar con soltura), si el caso lo amerita.

Si seguimos con esta analogía, nos daremos cuenta de algo: quien estudia un idioma, es decir, que no es su lengua materna, encuentra que aprender a expresarse en otro idioma es difícil y se requiere de estudiar y de practicar. Pasemos al ajedrez: si aprendí de grande a jugar al ajedrez, sin duda podré ir acumulando conocimientos y llegar a "expresarme" bien dentro del juego pero... ¿podré jugar como los grandes maestros? Difícil saberlo, aunque claramente si regresamos a la analogía del lenguaje, el escribir textos no nos convierte en Borges necesariamente. Hay algo más en todo esto: algo del manejo del lenguaje, un vocabulario extenso, así como conocimiento profundo de lo que se escribe. Sin embargo, aunque no lleguemos a la erudición de un Borges, bien podríamos podernos expresar lo suficientemente bien para que incluso, eventualmente, alguien se interesara por publicar nuestros escritos.

Y sigamos con la analogía del lenguaje. ¿Cuánta gente podría escribir bien en un idioma que ha aprendido ya de adulto? ¿Qué necesitaría para ello? Probablemente mucha práctica, hacer del idioma extranjero algo como propio, entender las expresiones idiomáticas (¿patrones?) de dicho idioma para poderse expresar más como la gente se expresa localmente en ese idioma en particular.

Entonces, ¿se puede progresar en ajedrez? ¿romper esas barreras invisibles que a partir de cierto nivel parecen no poderse sobrepasar? Sí, sin duda se puede, pero se requiere de aplicarse profundamente en este "idioma" que es el ajedrez. Hay que practicar ("hablar y escribir") en este idioma nuevo tanto como se pueda. No se puede progresar si no se hace un esfuerzo muy grande para que, a la larga, podamos expresarnos en este idioma particular.

¿Entonces se puede llegar a gran maestro? Probablemente sí, pero esto requiere, sobre todo si el ajedrez no fue su "lengua materna", dedicarse quizás de tiempo completo. Y esto, considerando que hay que ganarse la vida, muchas veces no es fácil. Pero más allá de eso quizás por eso es difícil mejorar a partir de haber llegado a cierto nivel. Pasa lo mismo ya sea un idioma extranjero o el nivel ajedrecístico. Vamos, que hablar "mejor" en un idioma nuevo parece difícil a partir de que ya quizás podemos entendernos con la mayoría.

Para mí la analogía -producto de una plática con el Dr. Carlos Torres, matemático/lógico de la Facultad de Ciencias de la UNAM- es estupenda, porque hablar de un idioma o del ajedrez es prácticamente hablar de lo mismo.

Termino con la frase de Bent Larsen: "es un lenguaje marcado por la agresión, por la discusión". O mejor aún, vean la imagen que ilustra este artículo. Para mí esto es ya clarísimo.

Wednesday, August 07, 2013

El lenguaje es una lista ligada


Una de las estructuras de datos que se aprenden en los cursos correspondientes de programación son las listas ligadas. Para entender de qué se trata esto, imaginemos que tenemos una serie de números que deben enlazarse en un orden unos con otros. Por ejemplo, en la siguiente imagen:



Aquí, por la razón particular que sea, el número 12 se enlaza al 99 éste al 37. El 37 se enlaza a un final que en general se denomina NIL, es decir, a un punto en donde ya no se apunta a ninguna parte.

Las listas ligadas nos permiten generar nuevos elementos sin alterar estos, sino que lo que ahcemos es generar un nuevo apuntador al siguiente número y así sucesivamente. Este es un clásico ejemplo de una estructura dinámica.

Cuando hacemos, por ejemplo, cálculos aritméticos en una computadora, normalmente el tamaño de palabra en números reales, definidos por los lenguajes de programación es suficiente para los usos cotidianos. Sin embargo, cuando queremos hacer, por ejemplo, un programa que permita hacer cálculos con una precisión mucho mayor (a unos 4 mil millones), entonces tenemos un problema, porque el tamaño definido para los números reales no nos da la capacidad adecuada. Es aquí donde se puede generar una lista dinámica de números, de dígitos, para generar un número tan grande como se deseé. Si queremos hacer cálculos sobre ese número, tendremos que finalmente, enseñarle a la computadora a hacer las operaciones de nodo en nodo y llevar los valores que se acarrean cuando estamos, por ejemplo, haciendo una larga suma.

Las listas ligadas (también llamadas, enlazadas), nos permiten de alguna manera trabajar con conjuntos de datos sin necesidad de tener que usar arreglos en una dimensión. De hecho, un problema con los arreglos es -en principio- que son estructuras de datos fijas, que además, no se pueden generar fácilmente en un programa de computadora, pues muchas veces tenemos que decirle a nuestro programa, a priori, el tamaño del arreglo. Dicho de otra manera, son estructuras estáticas y aunque son muy útiles en muchos casos, tienen sus propios inconvenientes.

Existen listas doblemente ligadas, es decir, cada elemento tiene dos ligas, una al siguiente elemento y otra al anterior. Un caso donde se puede usar esta idea es cuando se programa, por ejemplo, un sistema para desplegar partidas de ajedrez. Lo que se hace es leer la partida y guardar cada posición con dos apuntadores, uno a la posición anterior y otro a la posición siguiente. Eso permite entonces hacer un programa que simplemente nos permita movernos de jugada en jugadfa, hacia adelnate o hacia atrás, desplegando el tablero correspondiente.



Una de las ventajas de las listas ligadas es que permite, por ejemplo, eliminar elementos fácilmente, como se ve en la siguiente figura.



Aquí un elemento es dado de baja, lo borramos... ¿cómo? simplemente quitamos sus enlaces a la lista y ya no lo tenemos. Sin embargo, esto tiene un inconveniente. El elemento sigue en memoria, inaccesible, y utiliza memoria que no podemos usar porque no lo hemos literalmente borrado, solamente lo dimos de baja de nuestra lista ligada. Aquí tenemos que lidiar con esta dificultad y desde luego, hay mecanismos, como el del recolectro de basura, pero de eso hablaremos en otro momento.

Lo que he estado pensando es que el idioma, los lenguajes que hablamos los seres humanos son en realidad listas ligadas. Un ejemplo claro es la poesía. Quien se aprende un poema lo que hace es acordarse de qué palabra sigue a la otra. Así, si lo vemos como un problema de cómputo, podremos ver que se trata de una lista simplemente ligada. No lo es doblemente porque quien se aprende una poesía no la puede decir al revés. Solamente se dice de una manera.

Yendo más lejos aún entonces, nuestros cerebros han acomodado las palabras de manera tal que tienen asociado un apuntador *un puntero dirían los españoles) a una siguiente palabra. Podría ser, sin embargo, que cada palabra tuviese apuntadores no a una sola palabra siguiente (como en el caso de la poesía), sino a todo un conjunto de palabras que pueden ser ligadas directamente.

Y si vamos aún más lejos, la ortografía parece ser también un asunto de listas ligadas simples. Es claro que en muchos casos una letra sigue a la otra y sin embargo, hay unas que están vetadas. Por ejemplo:

e - > n - > b - > i - > a - > r

Podría considerarse una lista ligada ilegal o inválida, pues sabemos que después de una "n" nunca va una "b".

Quisiera pensar que el cerebro tiene un mecanismo que permite crear a través de las neuronas estas redes de listas ligadas. La pregunta entonces es: ¿podríamos desencriptar esta maraña de redes de neuronas como listas ligadas y ver cómo el cerebro está organizando la información? Por el momento me parece que estamos lejos de ello, pero bueno, es una reflexión nada más.

Monday, September 26, 2011

Codificación de conocimiento en ajedrez

En mi búsqueda por tener algo parecido a un lenguaje que describa posiciones e información de ajedrez, he hallado algunos interesantes esfuerzos. Uno de ellos es de Christian "Chrilly" Donninger, el autor del programa Nimzo y además, de Hydra, un monstruo de 32 procesadores que no ha perdido una sola partida oficial contra jugadores humanos. Información sobre este proyecto extraordinario (lamentablemente descontinuado), puede verse aquí.

Donninger escribió todo un lenguaje de programación para dotar a su programa "Nimzo", con conocimiento posicional. Dicho lenguaje se llama Che (hay rumores de una comunidad que le ha agregado funcionalidad y que ahora se llama por ello "Che++") y pretende añadir al motor de juego de Nimzo con conocimiento posicional ajedrecístico codificado.

Por ejemplo, se sabe que en el sistema Colle, la estructura de peones blancos en c3, d4, e3, con el afil blanco en d3, contra los peones negros en c5 y d5 (véase diagrama),


Las negras no deben jugar c4, porque fija la estructura y el rompimiento en e4 (que es uno de los motivos del sistema Colle), es entonces más fuerte. La jugada c4 del negro fue típica por algún tiempo entre los programas de computadora, porque los "engines" de ajedrez suponían que esta jugada limitaba la acción del alfil de d3, pero la experiencia entre grandes maestros ha calificado como mala esa jugada.

Donninger describe su lenguaje Che en un interesante artículo que apareció en la revista especializada en ajedrez por computadora (ICCA) y que puede ser consultado aquí (me tomé la libertad de escanearlo Yo compré dicha revista por el artículo y por lo complicado y difícil de acceder a esta información, la puse disponible a los interesados en el enlace mencionado). Donninger ha hecho un trabajo notable con Che. Su sistema está básicamente orientado como un intérprete de Forth y a decir del autor, cualquiera -con conocimientos del elemental lenguaje Basic- puede aprender a alimentar información ajedrecística en Che. En las referencias de Donninger sobre su artículo, menciona la tesis doctoral sobre un programa para dar consejos sobre posiciones de ajedrez. Hay un artículo que habla de eso, que puede leerse aquí. Se llama Chunking for Experience y realmente habla del mismo problema que estoy tratando de resolver: el de tener una manera de describir vía un lenguaje, las posiciones de ajedrez.

Por su parte, Armando Estrada, buen amigo virtual de este blog, me dio la referencia: "Chess skill in Man and Machine" Editado por Peter W. Frey que explica este tipo de representación. capitulo 3 (paginas 54 a 59). Se publicó en 1977. Sin embargo, de lo que habla Armando es de la representación vía bitboards y no es exactamente lo que ando buscando. Este interesante libro de Peter Frey puede obtenerse aquí.


Che puede conseguirse en el programa comercial Nimzo 8, que vendía hace tiempo Chessbase. en él Donninger menciona que explica cómo usarlo y añadir ese conocimiento a Oracle, el sistema de juego que usa Nimzo 8.


Tengo más información al respecto. A quien le interese, escríbame a morsa@la-morsa.com

Wednesday, June 29, 2011

Del cómo nos comunicamos en Internet


Cuando empezó Internet, en particular, la World Wide Web (www), pensé que sería un asunto pasajero, pero me equivoqué. En todos estos años es claro que los servicios que se ofrecen por la red de redes son cada vez más importantes y su uso se ha extendido naturalmente a todo género de ambientes. Aparentemente la clave de todo esto es la interacción. La televisión, que cuando se inventó prometía ser el mecanismo para acabar con la segregación cultural y académica, falló en sus cometidos por una razón: no es interactiva. No se puede tener respuesta inmediata de algo que se ve y que no estamos de acuerdo con ello o bien, que quisiéramos comentarlo. No. La TV da información y listo y por ello está intrínsecamente limitada. Hasta que no llegó Internet, no entendíamos muy bien por qué la televisión no podía cumplir con esas brillantes promesas de llevar información y cultivar a toda clase de poblaciones. Aparentemente se necesita más que dar información a las masas.

Pues bien, con Internet llegaron toda clase de herramientas y sistemas. Hoy en día los populares chats o salas de pláticas, inundan la red. Ahí se puede hablar de cualquier tema, aunque es evidente que los tópicos más populares tienen que ver con la sexualidad. Y con eso del sexo virtual, el cual es incluso más seguro que usar condón, muchos jóvenes se enganchan en “relaciones virtuales”, en donde sus parejas virtuales son casi perfectas e incluso, en algunos casos, han sido detonadores de infidelidades o de casamientos que han ocurrido en la vida real, empezando por esta “vida virtual”.

Pero lo interesante es que en las salas de pláticas, en los foros de discusión e incluso, en los correos personales, una especie de nuevo lenguaje, se ha ido inventando. Si queremos dar a entender que nos causa hilaridad un comentario de alguien, ponemos LOL (siglas de laugh out louder, es decir, carcajearse). O bien, si queremos terminar una frase que suene amablemente, ponemos un “emoticón”, es decir, una serie de símbolos que simulan una carita de costado, por ejemplo “:-)” es una carita feliz; “:-x” significa dar un beso; “:-(” es una carita de tristeza; “@>-->--” es una flor, por ejemplo. Y así como hay símbolos simpáticos, los puede haber de corte sexual, por ejemplo: “( * Y * )”, que representa unos senos grandes (con cierta imaginación); “( ¡ )” es un  trasero, etc.

Pero aparte de esto, la gente, en general los jóvenes que son los más propensos a entrar en los chats, escriben de manera poco correcta. Ponen, por ejemplo, “ke”, en lugar de “que”. Desde luego muchos acentos si no es que todos, brillan por su ausencia y el argumento de algunos, cuando se les interroga al respecto, es que están escribiendo muy rápido. Otros dicen que no son Borges y que en Internet no hay que escribir como un literato. Pretextos y excusas hay muchas, pero es evidente que la comunicación actual tiende a ser muy rápida y entonces la forma pasa a segundo plano.

El asunto es que cuando se escribe mal y otros leen esto mal escrito, si lo ven con demasiada frecuencia, terminan por creer que así se escriben las palabras. A la larga lo único que se ve es la pésima cultura de muchos jóvenes internautas, que tienen computadora, recursos para contratar Internet, amén de tiempo para perder en estos foros. Es parecido a las palabras que se inventan en la publicidad o en campos asociados, por ejemplo, los bancos inventaron la “clabe”, la cual es un acrónimo de “clave bancaria estandarizada” o algo parecido, y claro, se parece a la palabra “clave”. Si uno ve con demasiada frecuencia “clabe” en lugar de “clave”, auque sean diferentes contextos, llegaremos a pensar que clave se escribe con b de burro.

Es decir, la ortografía básica se conoce no de las reglas, sino de ver con mucha frecuencia cómo es que se escriben las palabras. Por ello, quien no lee, quien no le gusta sentarse a devorar alguna novela, algún cuento escrito al menos, no sabe cómo se escriben las palabras y por ende, al entrar a Internet, cometen los peores errores ortográficos y demuestran una ignorancia que por decir lo menos, es lamentable.

Así pues, no es una afición ociosas escribir correctamente. Se debe intentar hacerlo de la mejor manera, porque los foros de discusión, las salas de plática, el correo privado y muchísimos servicios de Internet se basan en el lenguaje escrito. Desdeñarlo habla mal de nosotros mismos, de la falta de respeto al lenguaje con el que, al final del día, pensamos.

Saturday, May 07, 2011

No pos no... (*)

El Dr. Jorge Carpizo, exrector de la UNAM, exprocurador de justicia, exembajador de México en Francia, expresidente del IFE, exombusman mexicano, doctor en jurisprudencia, parte del consejo directivo de más de una universidad en el extranjero, y no sé cuántas cosas más, es un fenómeno cíclico en nuestro país. De pronto, sin mayores advertencias, se convierte en noticia… y desaparece con la misma velocidad con la que apareció, para de nuevo ser noticia intempestivamente. Cuando esto pasa, ocurren declaraciones contra lo que hizo o dejó de hacer cuando era funcionario en su ya larga carrera en el servicio público. Al frente del IFE, por ejemplo, en una de las acciones más ruines que se le conozcan, escribió una carta acusando a Miguel de Icaza, incansable promotor y programador de Linux (uno de los ahora jóvenes líderes del siguiente milenio según la revista Time), de haber insertado en las máquinas del IFE un virus para desgraciar toda la elección. Por supuesto que dicha acusación era falsa y el Dr Carpizo, a pesar de toda su trayectoria en lo que se refiere a leyes, ni siquiera se le ocurrió pensar en que incurría en el delito de difamación al acusar al entonces estudiante de la Facultad de Ciencias sin pruebas.

No contento con este desatino, Carpizo ha orquestado otros más simpáticos a la vez que patéticos. Por ejemplo, en el caso del Cardenal Posadas salió con una teoría que vaya Ud. a saber si es correcta o no, pero que fue el hazmerreír de los medios en lo que denominaron el Nintendo de Carpizo, porque explicaba, a través de una simulación gráfica (bastante elemental y obsoleta) hecha por computadora, cómo había sido todo este desagradable asunto del Cardenal Posadas. En dicha simulación se veían los balazos como puntitos animados en la pantalla. Digo, con la tecnología actual de software podría haber creado un simulacro tipo Doom que hubiese dejado sin habla a los medios, literalmente.

Cuando fue rector de la UNAM pretendió, a través de un documento llamado "Fortaleza y Debilidad de la UNAM" (si es que la memoria no me falla), promover una iniciativa para mejorar, según él, los niveles académicos de nuestra Universidad. La respuesta estudiantil no se hizo esperar y el movimiento que se generó (denominado Consejo Estudiantil Universitario), encabezado por Carlos Imaz e Imanol Ordorika entre otros, es uno de los más notables de haya vivido nuestra casa de estudios. El CEU echó para atrás las ideas de Carpizo, porque seamos francos, ¿qué autoridad moral puede tener un funcionario que tiene expresiones como "pos", "tons", "namás", "pa qué", "nadien" en lugar de sus correspondientes "pues", "entonces", "nada más", "para qué". "nadie"? La verdad es que un rector así da pena ajena y me llama la atención realmente estas expresiones de alguien con ese nivel de estudios.



A partir de esto último se me ocurrió el siguiente programa como un mero ejercicio de programación: A partir de un texto cualquiera (en formato txt, nada de formatos sofisticados como el doc de Word), sustituye toda ocurrencia de las palabras "pues", "entonces", "nada más", "para qué". "nadie" por los equivalentes carpizianos. Vaya, que bien podría pensarse en un corrector muy sui generis Fuentes y ejecutable disponibles a quien me lo pida a mi correo: morsa@la-morsa.com


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(*) Este artículo se publicó en La Jornada el 28 de abril de 1999