Showing posts with label libros de aperturas. Show all posts
Showing posts with label libros de aperturas. Show all posts

Saturday, January 14, 2017

¿Sirven los libros de aperturas?



El ajedrez es uno de los juegos que más literatura tiene. Cada año se escriben decenas de cientos de libros, lo que hace probablemente el juego de mesa más estudiado de todos los tiempos. Los aficionados (y también los profesionales), adquieren muchas de estas obras y las estudian a detalle. Hay libros de aperturas, medio juego, finales, de temas tácticos, estratégicos, problemas compuestos, estudios, anécdotas, etcétera, pero claramente a un jugador de torneo lo que le interesan son aquellos libros que le permitan subir de nivel.

Un pecado capital entre jugadores es el estudiar aperturas. A pesar de lo que Capablanca ya había advertido, que era mucho más sensato estudiar finales, los ajedrecistas no queremos perder en la primera etapa de la partida y en muchas ocasiones adquirimos obras dedicadas a las variantes de moda o a las que usamos. Por ejemplo, yo por muchos años he jugado la defensa escandinava y tengo la mayoría del material que se ha escrito sobre esta defensa.

Pero los libros de apertura tiene sus dificultades inherentes. Muchas veces son áridos y los autores llenan de variantes a los lectores en donde terminan con juicios como: "y las blancas tienen una posición prometedora" o "el negro tiene elementos defensivos suficientes", etcétera. Estos juicios muchas veces son dados por ajedrecistas expertos que valoran de forma mucho más sutil las posiciones, pero sé de muchos, muchos casos, en donde una recomendación de un libro uno la sigue y en su momento llegamos a la posición donde el autor dice: "y las negras no tienen dificultades" en esta posición, y perdemos.

Otras veces, los juicios de los analistas de apertura van de la mano con los motores de ajedrez que en el momento de escribir un libro tenían para consultar. Y entonces ocurre que valoraciones de la computadora, que dice -digamos- "0.78", lo cual significa que las blancas tienen una ventaja equivalente a casi un peón (que vale la unidad), puede cambiar si cambiamos de motor de ajedrez. Si vemos análisis de hace unos años y los sujetamos al juicio del analista de silicio hallaremos, probablemente, que las valoraciones que indica el libro están equivocadas. Vamos, hasta Kasparov alguna vez indicó que tenía una serie de análisis que esperaba poner en práctica contra Karpov, en sus reñidos encuentros. Y Kasparov pensaba que sus análisis eran como una espada poderosa. Cuando puso esos análisis contrastados con los motores de ajedrez, el mejor jugador de todos los tiempos dijo que se dio cuenta que a lo más, tenía un pequeño cuchillito y no esa espada que imaginaba tener. Claro, la confianza y el optimismo ayudan al jugador de ajedrez, pero evidentemente ante la frialdad del análisis de "engine", pues entendemos los defectos humanos en nuestros análisis.

Por ende, los libros de apertura son relativamente obsoletos en poco tiempo. Sin embargo, se puede sacar provecho de ellos porque finalmente muchas jugadas son producto de esta lógica ajedrecística que en general es funcional. Lo importante es entender la batalla de las ideas en la apertura y no el conocer 120 variantes de la Caro Kann, porque a la larga ese acervo de variantes se puede ir a la basura muy rápido pues la valoración muchas veces es de plano, equivocada.

Yo creo que los libros de apertura siguen siendo interesantes. Sugiero aquellos que hagan en un principio una revisión histórica de la evolución de las variantes, así podremos ver cómo empezaron los viejos maestros a jugar estas líneas para eventualmente llegar a las partidas modernas, en donde vemos a los ahora máximos exponentes desplegar un caudal de ideas que quizás no se encuentren en los libros que se imprimen sobre las diferentes aperturas.

El ajedrez se mueve demasiado rápido. Lo que antes era una variante valorada mejor para el blanco ha resultado ahora al revés porque la computadora ha hallado detalles que hemos pasado por alto los jugadores de carne y huesos. Por ello, siempre es importante hacerse de una buena base de partidas y un manejador como Chessbase o Chess Assistant, porque así podremos estar actualizados en los análisis y cuando nos preparemos, estaremos en mejores condiciones para hacer mejores jugadas y enfrentar lo que nuestros rivales nos obliguen.

Wednesday, December 02, 2015

De los libros de aperturas


Uno de los pecados capitales de los ajedrecistas es estudiar aperturas. Esto es algo que vemos natural porque nadie quiere perder en la primera etapa de una partida de ajedrez. Por lo tanto, el ajedrecista se embarca con libros variados, de las defensas y aperturas más populares, o las de su elección (hay ua enorme cantidad de libros dedicados a las aperturas, desde las más conocidas hasta las que pueden sorprender a un rival no muy preparado), y padece lo que todos: no entiende cuando el autor del libro dice: "y las blancas están mejor" o "las negras tienen ligera ventaja", o quizás "las blancas siguen con la iniciativa", entre muchos diagnósticos finales sobre las posiciones a las que se llega. Y es natural. Los libros están mucha veces escritos por grandes maestros que inconscientemente piensan que sus lectores tienen su mismo nivel y por ende, es más que suficiente con este tipo de comentarios, que a más de un aficionado les seguirá pareciendo crípticos.

El estudio de las aperturas, pienso, debería empezarse a considerar cuando uno es un jugador de primera fuerza y que además, toma más allá que un pasatiempo al ajedrez. Es para el ajedrecista ambicioso, el que quiere ser mejor, el que quizás quiera ser un gran maestro, etcétera. Si usted entra dentro de esta categoría, entonces eventualmente tendrá que estudiar aperturas. Pero antes de que llegue ese momento, quizás la reflexión de Capablanca sea la más sensata: ¡Estudie finales!

Hoy en día hay -aparte de los libros de aperturas- mucha información digital de ajedrez. Chessbase y ChessOK, por ejemplo, venden discos compactos de monografías de aperturas, de las diferentes variantes en boga, en donde se saca provecho de la tecnología de las computadoras y entonces podemos tener colecciones de una variante en particular, en donde se observe a los mejores jugadores del mundo en acción. Si a esto le añadimos los comentarios de jugadores expertos, si podemos hacer un reporte de aperturas en donde se nos indiquen los planes más comunes en estas posiciones, que se nos enseñe, además, las diversas estructuras de peones, las cuales finalmente nos dicen qué es lo que hay que hacer en el tablero, entonces el estudio podrá ser fructífero. Cabe sin embargo decir que no se espere entender una apertura o una defensa de la noche a la mañana.

Una buena idea es jugar torneos (en el club local), de apertura obligada. Si su club no ha intentado este tipo de torneos, propóngalo. Jugar, por ejemplo, una defensa como la Siciliana, o la Francesa, con una variante en particular, termina siendo muy beneficioso para el ajedrecista, porque es en la partida viva, donde tiene que pensar, que decidir qué hacer. De hecho, este tipo de torneos en ocasiones nos permite ir armando los diferentes reportorios de aperturas y defensas.

Hay sin embargo, una idea que ya es casi lo tradicional en el ajedrecista de alto rendimiento. Veamos esto en las palabras del GM John Nunn cuando le preguntaron si escribiría otro libro nuevo de aperturas. Nunn contestó: "el mundo ha cambiado. La mayoría de los jugadores tienen bases de datos en las computadoras y frecuentemente, muy frecuentemente, prefieren usarlas a a leer un libro de aperturas. Y también, usted sabe, los programas de computadora son muy fuertes ahora. Pienso que es difícil escribir un buen libro de aperturas ahora. Pienso que uno está frecuentemente duplicando el material que se encuentra ya en las bases de partidas".

Así pues, es claro que la tecnología ya nos ha invadido y que las bases de partidas nos pueden ayudar tanto o más que los libros de aperturas tradicionales. Pero sea como sea la forma en que encare el estudio de las mismas, que quede clara la necesidad de trabajar en ajedrez. No se puede mejorar sin estudiar. Eso es un hecho indiscutible.