Este país funciona mal. Los valores que supuestamente nos eran importantes para todos se van a la basura ante el desparpajo con el que los políticos los violan. Y me refiero al trabajo de tesis, el cual ya tuvo un primer escándalo con el plagio de la tesis de licenciatura de la aún ministra Yasmín Esquivel y peor aún, cuando periodistas de El País hallaron que también había plagiado su tesis doctoral.
El presidente López Obrador minimizó el tema y desde luego, quiso distraer la atención de los periodistas, indicando que peor plagio era el que había hecho Calderón al robarle la presidencia. La realidad es que nunca pudo probar este hecho pero para el gobernante es caso cerrado: le hicieron trampa y nomás miren ¡qué trampa! No fue una pinche tesis, no, fue la presidencia de la República.
La ministra Esquivel no va a renunciar porque se siente impune, porque su esposo es el contratista favorito de AMLO. Pero aunque no quiera renunciar, tiene sus días contados como profesional del derecho. Puede tardar más o menos, pero la tramposa está acabada y eventualmente tendrá que renunciar y nunca podrá ejercer su profesión, pues se demostró como una tramposa académica.
Y es que una falta académica grave es el plagio. Si la ministra Esquivel hubiese hecho la tarea en serio, tendría dos bonitos papeles que sustentan sus conocimientos. Hoy esos diplomas y reconocimientos académicos valen menos que un billete de tres pesos. Y aunque trate de ignorar lo que se dice de ella, eventualmente la UNAM dará un diagnóstico y acto seguido la Anáhuac se pronunciará al respecto. Y no sé qué vayan a declarar, pero espero que se demuestre seriedad y valor para destituir de una vez y por todas a esta impresentable señora, que ha engañado a todos por muchos años ya. El tema es complicado por que la señora tramposa es parte de la Suprema Corte, y es por eso que tiene a todos los del poder judicial tentando el terreno.
La UNAM declaró antes que no tenía herramientas jurídicas para quitarle el título a Esquivel, pero en 1963 ya hay un antecedente de un título cancelado a un alumno de la UNAM con la consecuente cancelación de la cédula profesional de ese tramposo del cual no sé el nombre.
Pero esto es solamente el inicio de la apertura de la cloaca. Ahora la revista Etcétera ha estudiado la tesis de maestría de Delfina Gómez, candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México, y ha encontrado que la ha plagiado. Vean el video ustedes mismos...
El asunto -me parece- empieza a mostrar un comportamiento típico de los políticos mexicanos. Se tienen que llamar al menos "licenciados" porque eso, desde la época priísta, era lo mínimo que podía tener un militante del partido en el poder. Y como el fin justifica los medios, no tienen empacho en copiar alguna otra tesis, violar todos los protocolos de una investigación académica y hacerse de un título que no se merecen. Y les diré algo, el director de la tesis y los sinodales son tan culpables en este tema, no sólo es la sustentante.
Por ejemplo, en el caso de Yasmín Esquivel, entiendo que pudo pasar los controles académicos de la Anáhuac porque esa señora ya tenía un muy buen puesto en el poder judicial. Es probable que sus sinodales y director de tesis no hayan hecho la mínima revisión de la tesis de la tramposa Esquivel porque "era un trámite", porque quizás "era muy conocida", o tal vez "por tener conocidos muy influyentes en la política del país", y pues nadie le iba a poner problemas en el camino de la recepción de su título de doctorado. Así que todos son cómplices en esta farsa de doctora de la Anáhuac.
Pero les diré más, regresando a Delfina Gómez. Primero, representa algo que el presidente dijo que no pasaría: el amiguismo. López Obrador la ha puesto de candidata porque es su amiga, la estima y le premia con esta candidatura, aunque la señora sea una inepta e incompetente, amén de delincuente electoral confesa. Sí, Delfina Gómez les quitaba el 10% a los empleados de la municipalidad de Texcoco cuando fue presidenta municipal.
Ese mismo amiguismo lo aplicó el presidente nombrando a una señora más inepta, Leticia Ramírez Amaya, que no puede argumentar dos palabras de manera adecuada. Vamos, cuando la nombraron Secretaria de la SEP concedió una entrevista y cuando le preguntaron de los planes de la institución, dijo que esa pregunta no podía responderla...
La trayectoria de Leticia Ramírez Amaya es esta (según la Wikipedia) es esta: "Es profesora de educación primaria por la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, cargo que obtuvo en 1984, estando al frente de grupo por 12 años en escuelas del poniente de la Ciudad de México. Tiene estudios truncos de Antropología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y de Alta Dirección Pública. Participó en movimientos sociales de izquierda como el Movimiento Urbano Popular y la Organización de Izquierda Revolucionaria Línea de Masas".
No quiero ser demasiado riguroso pero tener estudios truncos y ponerlo en su CV me parece extraño. Como sea, es claro que darle este puesto a esta señora inepta habla de lo que ya he dicho antes: los políticos en este país han tomado al país como botín y se reparten los puestos. A tí una embajada, tú una secretaría, a él una gubernatura estatal, etcétera.
Pero regresemos con Delfina Gómez: inepta y tramposa. ¿Qué plagio la tesis? ¡Qué importa! Cuando en realidad en este país parece que no pasa nada si alguien plagia un trabajo académico. Pero la realidad habla de algo peor, de una deshonestidad de esta señora (como en el caso de la tramposa de Esquivel), que para colmo, busca un puesto de elección popular. Ya un buen amigo con el discuto todos estos temas políticos y en donde nuestras opiniones no coinciden, me dijo que no se necesita una licenciatura para optar por esa candidatura. ¿Y saben? No importa si plagio su tesis de maestría, porque lo relevante es su deshonestidad a toda prueba. Yo no sé todavía con qué cara se miran al espejo todas las mañanas. ¿No les da ni tantita vergüenza saberse tramposas?