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Monday, June 11, 2012

Alguien no sabe contar en Houston


Viajar a los Estados Unidos no es divertido a veces. Después del ataque a las torres gemelas (2011), los norteamericanos empezaron a cambiar sus políticas para todos aquellos que quisieran visitar su país y por ende, las medidas de seguridad empezaron a ponerse mucho más estrictas. Como nos tocó ser frontera con ellos, en México se copiaron muchas de las medidas para viajar, particularmente a los Estados Unidos, incluso aquellas que rayaban en lo ridículo.

Desafortunadamente las cosas no sólo no han cambiado, sino que han empeorado. La política exterior norteamericana ha sido por lo general intervencionista y evidentemente a muchos países esto no les gusta. Como las represalias a estos squemas invasionistas de los norteamericanos no se han hecho esperar (siempre con saldo a víctimas inocentes), entonces no les queda otra que reforzar sus medidas de seguridad.

Por ello viajar a los Estados Unidos no es ni remotamente divertido. Para empezar, primero hay que lidiar con el asunto de hacerse de una visa para poder viajar al vecino país. Da la impresión, o al menos es mi percepción, que los norteamericanos creen que uno ansía estar en su país y acaso, quedarse a vivir en él, legal o ilegalmente. Con esto en mente hay que hacer cita en la Embajada y pasar por un ridículo procedimiento donde le exigen medidas biométricas, huellas digitales de los diez dedos y además, una fotografía (sin lentes). Cabe decir que este esquema le ha permitido a los norteamericanos literalmente hacerse de una base de datos biométricos de unos 120 millones de entradas.

Una vez pasado el trámite de la visa, que según la percepción de un taxista del sitio ubicado en la embajada, se la dan al 20% de los solicitantes, lo que sigue no es mejor ni más amable. En mi caso, tomé un vuelo a Houston primero, para después conectar con un segundo vuelo al aeropuerto internacional de Seattle. El vuelo a Houston dura alrededor de dos horas. Al llegar hay que pasar migración, como en cualquier país. Uno se forma y cuando le toca su turno se le obliga a -de nuevo- a ser fichado poniendo las huellas dactilares en un aparatito sofisticado, seguido de una nueva foto, otra vez sin lentes. Ahora para ingresar se le pide a quien llega que ponga la dirección física a donde uno se dirigir, dirección del hotel, casa de parientes o amigos, etc. Es decir, no basta ya con poner "downtown".

Al pasar migración hay que ir por la maleta y dirigirse al vuelo de conexión. Entrega uno su maleta (que pasa por rayos X) y de pronto observo que hay una fila enorme de gente. Están -mejor dicho- estamos todos haciendo cola para que nos revisen una vez más. Ahora la revisión es sobre las maletas personales, donde uno guarda la computadora portátil, sus documentos, qué sé yo.

A pesar de que mi vuelo sólo llegó con 15 minutos de retraso (17:45), después de las colas en migración y de ir a la sala de conexiones, asunto que me llevó otros 15 a 20 minutos, la fila para la nueva revisión de los viajantes era densa. La cola daba vueltas cual larga serpiente. Los minutos pasaban. Mi conexión salía a las 19:09 y asumí que tenía tiempo suficiente pero en la medida que me acercaba al trámite me daba cuenta de la razón de la lentitud. Todos los pasajeros tenían que quitarse los zapatos y ponerlos en una bandeja, quitarse el cinturón, los objetos metálicos, pasar por un arco en donde sonaría si aún había metal en el cuerpo.Otros pasaban por un scanner muy sofisticado, pero esto último era opcional porque dicen algunos que literalmente se ven desnudas las personas, aunque no me consta.

Un par de pasajeras reclamaban, que su vuelo de conexión salía a las 19 horas y que no llegarían a tiempo a tomar su conexión. Los oficiales ni se inmutaban. Una gringa decía para ella misma:"This sucks!" y otro norteamericano decía a manera de chiste a viva voz: "Welcome to the United States!". Adelante de mí venían unos alemanes, pero me parecía que hablaban en francés. Al poner sus pertenencias en las charolas para los rayos X uno puso Mac, iPad y iPhone. "Vaya, a este le vendieron todos los juguetes", pensé.

Finalmente a las 19:01 pasé la revisión. Un oficial tocó mi pasaporte y lo presionó como si en éste pudiese esconder quién sabe qué. Igualmente revisó mi abultada cartera, llena de papeles, que no billetes y me dijo, "you´re clean... Proceed". Y entonces me puse mis zapatos y corrí a la sala en donde mi vuelo de conexión salía en 8 minutos. Un oficial -cuando esperaba la revisión- me dijo que no me preocupara, porque las aerolíneas sabían de lo lento de este trámite. Le creí, pero creo que pequé de ingenuo.

Tenía pues que llegar a la sala C40. Vi un letrero: "Gates C34-C45" que me guíaba a mi destino...  Después de una larga caminata llegué a la sala C45 y se veían a lo lejos la C44, C43 y C42... Pensé que la C40 estaría -evidentemente- más allá, pero no, el enorme pasillo daba vuelta y pensé "bueno, hallaré la sala C40 en breve", pero me equivoqué... Encontré la C34 y a lo lejos leía C35, C36, etcétera. Dicho de otra manera, en Houston alguien no sabe contar. ¿Por qué no siguió con la numeración normalmente? Misterio. El asunto es llegué 19:08 a la sala y desde luego, ya no me dejaron entrar, a pesar de que la aeronave estaba aún ahí. Entiendo los procedimientos pero no deja de enojarme que por todos estos trámites de seguridad haya llegado tarde a  tomar mi vuelo de conexión.

El empleado de United mi informó que tenía que reagendar mi vuelo, que saldría en un par de horas. Así lo hice y salí de Houston a laas 21:13 horas. Llegué 4 horas después, aproximadamente, pero eran las 23:35 (dos horas menos que en mi reloj). Se supone me esperaría alguien para llevarme al hotel. No vi a nadie porlo que decidí tomarme un taxi y así llegué a eso de las 00:20 horas. Me registré y a dormir. Fue un largo día para llegar a la"tierra de las oportunidades" (¡cuántos clichés!).

Hoy inicia en Seattle la conferencia de AMD a la que fui invitado. Hay unas 150 pláticas sobre cuanto tema de cómputo se pueda pensar, aunque desde luego, muy orientadas a la nube, a HTML5 y CSS, a OpenCL, a procesamiento en paralelo, etcétera. Por lo que aquí podré ver y aprender, sin duda minimizar'a las dificultades que pasé ayer.

Sunday, June 03, 2012

Para sacar una visa a los Estados Unidos

Hace una semana, aproximadamente, me invitaron a una convención de cómputo en los Estados Unidos, que se lelvbará a cabo la segunda semana de junio. La empresa que me invita (ya hablaré de ello cuando regrese de mi viaje), corre con todos los gastos de hotel, comida y avión, además de los costos de las conferencias. Hay muchos temas que se tratarán ahí, como supercómputo, OpenCL, etcétera. Suena fenomenal la posibilidad de ir y empaparse más de estos temas.

La encargada de relaciones públicas de la empresa en cuestión me llamó y le dije que me haría muy feliz ir, pero que tenía que arreglar mi visa a los Estados Unidos, que se había vencido en el 2010 y que no había renovado por desidia, porque no sabía cuándo viajaría de nuevo a los Estados Unidos y porque me parecía un poco absurdo pagar 160 dólares por el trámite si no pensaba en viajar a la Unión Americana.

Le dije a la de relaciones públicas que buscaría obtener la visa de la manera más rápida, pues la conferencia en cuestión es del 10 al 15 de junio. Entré entonces a la página de la Embajada Norteamericana, a los trámites de visa de no inmigrantes. Navegué el tiempo razonable hasta entender qué tenía que hacer. Entonces llené el formulario B1/B2 (visa de turista/negocios), en donde hacen preguntas como: "¿quiere usted viajar a EEUU para cometer actos terroristas?", lo cual todos contestan que no y aparentemente es una pregunta absurda, pero tiene un trasfondo legal: Si alguien consigue visa para cometer un atentado en los EEUU y lo atrapan, aparte de fincarle las responsabilidades legales y penales por su acto, tendrá agregadas las de mentir a la autoridad (al llenar el formulario con mentiras). Una vez llenado el largo formulario (por internet), pagué con la tarjeta de crédito la cuota que pide el gobierno estadounidense y pasé a sacar cita para ser entrevistado por un funcionario norteamericano, el cual es quien decide, eventualmente, si se te otorga la visa o no.

En realidad hay que sacar dos citas, una en la Embajada y otra en el CAS (Centro de Atención y Servicios). De hecho, la primera cita es en el CAS donde a uno le toman las huellas dactilares de los 10 dedos, como si uno fuese un criminal, y le toman una fotografía. Cabe decir que al menos no toman fotos del iris como hacen en el SAT. Reconozco que este procedimiento me incomoda, porque resulta que porque hay un malo en la película, todos pagamos justos por pecadores, amén de que pienso que viola el precepto que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. En fin, si quiero la visa me tengo que aguantar este asunto.

Debo aclarar que como necesitaba una visa a la brevedad, pedí el trámite como de emergencia. Sólo califican en este quienes tienen que ir a EEUU por un problema de salud, o bien por un acontecimiento muy importante (un funeral), o bien, el atender a una conferencia. Como califiqué para la petición a modo de emergencia, escribí a un correo en particular mi petición, demostrando la necesidad que se me diese la visa a la brevedad y finalmente en unos dos días hábiles, recibí la confirmación para presentarme el pasado 1 de junio a las 7 am en la calle de Hamburgo donde está el CAS. Es importante decir que los de la embajada pueden rechazar la petición de trámite de emergencia. A mí me pidieron la invitación por escrito a la conferencia.

A todo esto, hacer cita vía Internet es la manera más simple aparentemente, pero para ello, aparece en la página un calendario mensual (me suena a código en javascript), en el cual uno da click a la fecha a la que quiere asistir a la cita. Pasé más de una hora intentando hallar espacio para una cita. El sistema siempre me decía que el día que había elegido no había ya citas disponible. Se me hizo raro, pero pasé mes con mes hasta diciembre del 2013 y no era posible sacar cita. Volví a entrar a la página una y otra vez intentando ver si era el navegador que usaba (probé con Firefox, Chrome e IE). Finalmente algo pasó y pude obtener cita para los primeros días de julio. Sin embargo, esta cita podría cambiar por mi petición de pedirla como visa de emergencia

Cuando fui al CAS hubo cosas curiosas: A eso de las 6:50 am, un uniformado del edificio en cuestión salió con un altavoz y pidió que solamente hiciésemos cola los que veníamos a la cita de las 7 am. Los de las citas posteriores se les llamaría con ese mismo procedimiento. Nos dijo que estaban prohibidos todos los artefactos electrónicos: iPods, reproductores mp3, teléfonos celulares. Obviamente casi todos portábamos el celular. Entonces, ante el problema de no poder entrar con el teléfono a hacer el trámite, el uniformado dijo que teníamos que apagarlo y quitarle la pila. Todo esto es absurdo, porque finalmente ya el celular esw prácticamente cotidiano. Y entonces procedimos a donde se toman las medidas biométricas. Terminado ese trámite, caminé a la Embajada yme formé en la cola de rigor. Había una para quienes pidieron la visa de emergencia, pero no hubo mucha diferencia con aquellos que estaban sacando su cita normalmente para ese día. Me dieron un número y esperé a que éste apareciese en la pantalla luminosa que está antes de unos escritorios.Ya con mi turno me pidieron mi pasaporte y la hoja que demostraba que había hecho el trámite. De ahí, pasé a verificación de huellas dactilares, en donde me quedó claro que le piden a cada uno de los que piden visa que pónga un dedo (no siempre el mismo), en un aparatito que lee la huella digital y la compara contra las que tienen en el CAS de forma automática. Me di cuenta que piden cualquier dedo de cualquiera de las manos. Con ello -quiero creer- se busca que quien puso los datos biométricos en el CAS sea la misma persona que va a la entrevista.

Terminado ese trámite, me volví a sentar, ahora sí a esperar que me llamaran para la entrevista. Finalmente llegó mi turno, me fui a la ventanilla y un amable funcionario me pidió mis papeles, además de preguntarme a qué me dedicaba. Le dije que era físico y que trabajaba en la UNAM. Contestó con un "es investigador" y le dije que sí, además de dar clases. Entonces el funcionario tecleó frente a la computadora no sé qué tantas cosas y me dijo: "es todo, su visa ha sido otorgada". Me dijo que me llegaría en 7 a 10 días hábiles. Le mecioné entonces mi urgencia para viajar y me dijo que mañana lunes tendría que pasar por mi visa a la propia embajada a lasa 3:30 pm.

Salí a las 10:30 aproximadamente de todo este trámite. En realidad no hubo entrevista como la esperaba. Nada de demostrar ingresos o probar que uno nomás quiere ir de paseo y no quedarse a vivir en territorio norteamericano. Como los viernes no circulo, me tomé un  taxi en la Embajada en donde el taxista me dijo que era de ese sitio y que en su experiencia de cada 100 que piden visa, solamente se la dan a unos 20. No sé si sea cierto esto, pero es una percepción interesante.


Adelanto que ahora que regrese de mi viaje, escribiré de esta experiencia, además de hablar de supercómputo.