El Presidente Donald Trump cumplió la amenaza sobre el de imponer aranceles a nuestro país (además de Canadá y China). A pesar de la no creencia de la Presidente Sheinbaum, la amenaza se cumplió y ahora tendrá que decirnos cuál de sus tantos planes, A, B, C, D, etcétera, será el que se aplique para lidiar con esta problemática que, finalmente, hará que se encarezca las vida en nuestro país y esto puede ser no poca cosa, es decir, la inflación puede dispararse mucho más de lo imaginado.
Y es que Trump representa al imperio que de alguna manera controla buena parte del planeta. Y el imperio no se va a quedar quieto cuando las cosas no son a su favor. Y si para colmo, tenemos de presidente de EEUU a este delincuente sentenciado por su propio sistema legal, pues no podemos esperar ningún trato de respeto. "Aquí se hace lo que se dice y se come lo que se da", es lo que nos ha dicho Trump con este asunto de los aranceles impuestos.
Un par de días antes salió en la "mañanera del pueblo" (valga el ridículo nombre), el Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, el cual "con sólo nombrarlo ya es el experto en economía", quiso explicarnos al pueblo bueno y sabio que los aranceles serían incluso un "balazo en el pie" para los Estados Unidos. Pues curioso es que al anunciarse los fatídicos aranceles, este gran economista dejó todo para reunirse de forma expedita con la presidente a ver qué diablos van a hacer.
Y el problema es que además, en el documento de los Estados Unidos, donde se explican las razones de estos aranceles, se menciona explícitamente que este gobierno tiene nexos de protección con el narcotráfico y que esto hace que el fentanilo fluya a los EEUU, por lo que -de acuerdo con los designios del electorado estadounidense- debe detenerse y Trump simplemente da la orden pues es él quien representa al pueblo que votó por él.
Más allá de las afectaciones que la medida pueda tener en términos económicos, es evidente que este es el primer llamado de atención importante del Imperio a nuestro país. La narrativa de la 4T, la cual contiene una serie de términos e ideas para convencer a los mexicanos de que estamos mejor que nunca, empieza a palidecer. Las palabras de "pueblo bueno y sabio", "bienestar", "humanismo mexicano", etcétera, son solo parte de la palabrería que nos sueltan cotidianamente. y qu ahora empezamos a ver cómo chocan contra esta terca realidad que dice siempre lo contrario a lo que afirma el gobierno. Y en este particular caso, la presidente salió con supuestos plan A, B, C, etcétera, los cuales no dio a conocer, porque la medida no se había definido aún. Pero ya definida, vamos a ver qué discurrieron y qué acciones tienen en sus supuestos planes.
Y pondré una analogía. Imaginen que tienen problemas de dinero y tienen las tarjetas de crédito con deudas y que no las pueden pagar. Pero uds. les dicen a sus acreedores que tienen un plan A, B o C, para resolver la situación. Y cuando se les piden explicaciones sobre qué son estos planes, uds. salen con "no puedo pagar" o bien "pedí dos nuevas tarjetas de crédito para pagarles" (cuando sabemos que eso no resuelve nada). Creo que el gobierno mexicano, acostumbrado desde hace seis años a esta narrativa absurda de la 4T, no tiene más que una verborrea inútil. La realidad aquí está, es complicada y difícil para México y me parece que se acabarán por doblarse ante las exigencias del imperial dictador allende el río Bravo.
Así las cosas en este escenario difícil. Vamos a ver con qué nos salen ahora.
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