Una frase común de los mexicanos -cuando tienen pareja- es que "ya uno no se manda solo". Y esto sólo nos hace ver que ya nuestras decisiones dependen en mucho caso d nuestra pareja sentimental. Y es lo normal en muchos sentidos. Pues bien, en las relaciones con los Estados Unidos, aunque somos socios comerciales y tenemos cierta dependencia con ellos, aquí nos "mandamos solos"... Bueno, eso creíamos, porque desde que entró Trump a la presidencia, México se ha convertido en alguien que no se manda solo. Vamos, para colmo más de uno dirá que somos el patio trasero de los gringos.
¿Pero es así? Más allá de las posibles especulaciones, pensemos en los hechos recientes de la política entre ambos países. El tema de los narcotraficantes, del fentanilo, del problema de la adicción a esta sustancia que mata a millones de estadounidenses, el cual -según Trump- es culpa de China, México y hasta de Canadá. Y por ello ha sacado la espada de los aranceles, con el que amenaza a diestra y siniestra. Y es que si pone aranceles a todos los productos mexicanos, la economía de este país nuestro va a padecer horrores y por ello, tenemos a este gobierno que -de acuerdo a su presidenta- no acepta injerencias ni vulnerabilidades a la soberanía, se pone a los pies del imperialista presidente naranja, aceptando todo lo que les pida.
Y aunque había suspendido los aranceles por un mes, ha lanzado de nuevo su amenaza y aquí el gobierno del segundo piso de la 4T ha buscado darle gusto al hombre más poderoso del mundo. Y así como le manda no sé cuantos elementos de la Guardia Nacional para combatir la inmigración a EEUU, de la misma manera extradita a una treintena de narcos que estaban en cárceles mexicanas, para que los juzguen los vecinos del norte.
Y si eso no bastaba, ahora sale que en el AIFA lograron impedir la entrada de algunos kilos de fentanilo. Y empiezo a sospechar que en esta narrativa de que este gobierno hace cosas para mantener contento al imperialista naranja es sólo eso, es decir, todos estos aseguramientos son simplemente para dorarle la píldora a Trump de que estaos esforzándonos tanto y tanto y que por favor, ya no nos siga amenazando con los aranceles.
Y es que Trump sabe que "la amenaza es más fuerte que la ejecución", frase de Aron Nimzowitsch, ajedrecista de los años 30 del siglo pasado. Y entonces cada vez que le preguntan, Trump declara que "los aranceles van". Yo apuesto a que el presidente gringo volverá a darnos otro plazo de gracia. Y simplemente con esto tiene de cabeza a esta continuación de la 4T, la cual -sea como sea- es para tener con dolor de cabeza todo el día al presidente mexicano en turno, de la facción política que sea.
Estamos pues viendo que tuvieron que llegar los estadounidenses a hacer lo que México no quiere hacer desde hace años, que es el combatir verdaderamente a la delincuencia organizada. López Obrador, con su "abrazos, no balazos", mostró la inutilidad de este concepto, pero él ya se fue y está muy calladito porque las obras mal hechas normalmente se ven resplandecientes al principio, pero con el tiempo se ven lo mal hechas, los defectos de la mano de obra, de los materiales, etcétera. Y no, ya no voy a hablar de todas las obras inútiles. Hoy el asunto es que nos han jalado las orejas y tenemos al Secretario de Economía (Ebrard), el cual aprendió de este tema en un abrir y cerrar de ojos, o a Gertz Manero, que como funcionario de justicia es impresentable pero que ahora tiene que convencer a los gringos de que trabajamos mucho por eliminar el cáncer del narco.
Yo me pregunto si hay independencia real en este país. El gobierno se está hincando a las órdenes de Trump y está en un plan de "nomás pídamelo" para que se lo den, aunque la narrativa de la presidenta -con "a", sea totalmente contraria a todo lo que vemos cotidianamente en el país.