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Monday, January 18, 2016

Lo que pienso de la película "Pawn Sacrifice"



ADVERTENCIA: Contiene spoilers...

Me regalaron hace un par de días la película Pawn Sacrifice, la cual es una versión "basada en hechos reales", de la vida de Robert James Fischer, el que fuera el Campeó Mundial de ajedrez en 1972, venciendo a Boris Spassky en un encuentro que fue titulado incluso el "Match el Siglo". La película narra pasajes de la vida de Bobby. Empieza supuestamente con una fiesta que ocurre en el departamento donde vivía Bobby con su madre y hermana. Es una fiesta de rusos, de comunistas, y la madre habla ruso. DE ahí se brinca a un Bobby de unos quince años donde ya viste todo el tiempo traje y corbata, cosa que no fue así como hasta la edad de 18 años, cuando Pal Benko le sugirió dejarse sus suéteres de lana y vestirse más apropiadamente. Ya desde ese momento Fischer carga con un libro de portada roja, el cual no se explica en toda la película qué contenido tiene, pero en fin.

La película es de "flashazos" sobre la vida del genio norteamericano. No hay una secuencia y de pronto ya fue Campeón de los Estados Unidos, ya de pronto reclama que los rusos hacen trampa y en un instante inesperado, la película nos lleva a la Copa Piatigorsky, en donde jugaría Boris Spassky, el cual indica que era el Campeón Mundial por lo que entendí, aunque en realidad el Campeón era Petrosian, que perdería el título ante Spassky en 1969 si no me fallan las cuentas. Spassky probablemente era el mejor jugador del momento y ganó el torneo. Bobby fue segundo y Petrosian quedó en el séptimo lugar (de diez posibles). Para esto, Bobby conoce en el hotelito donde está, a una rubia con la cual -supuestamente- pierde la virginidad. Un invento de la película porque no está consignado este hecho en ninguna parte.

No es de sorprenderse que a Spassky lo hayan puesto como un personaje rudo, soviético, que va a lo que va, cuando en realidad el excampeón mundial es una de las personas más relajadas que haya conocido el mundo del ajedrez. Yo pude convivir un par de veces con Spassky y es un tipo bromista, agradable, nada creído, etcétera. Pero claro, la película va a un público que quiere ver esa "guerra fría" entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. De hecho, hay pasajes entre Bobby Fischer y Spassky notables. Uno de ellos ocurrió cuando se encontraron en un tren rumbo a un torneo., Fischer vio que Spassky (que si mal no recuerdo, iba con Bronstein), traía unas revistas rusas de ajedrez. Se las pide prestadas y los soviéticos de buen grado se las prestan a Bobby. Vamos, que si hubiese sido el soldado del sistema comunista contra Fischer, jamás le hubiesen prestado nada.

Hay otras escenas por demás absurdas: una de ellas es cuando el jovencito Bobby va a una librería en donde compra una revista rusa de ajedrez. llega a su departamento, pone el tablero en la cama y empieza a reproducir una de las partidas de dicha revista, que empiezan con la secuencia 1.a4 a5. Otra es cuando Fischer, en la primera partida del Campeonato Mundial, entrega el alfil en h2, que se lo atrapa Spassky y Fischer tiene que rendirse. Para la película, la partida acaba cuando Bobby hace Axh2 con negras pero la partida aún continuó muchas jugadas más. De hecho, he visto análisis de Timman en donde se indica que probablemente había tablas de alguna manera (buscaré esos análisis a ver si no estoy equivocado). Otra escena por demás ridícula es cuando en la Copa Pitigorsky, Fischer por alguna razón, se queda dormido en la playa de California. Cuando despierta ve que Spassky sale del mar después de un chapuzón, protegido de unos cuantos guaruras. Bobby se acerca y le grita con odio jarocho que "va por él". Spassky se enfunda en su toalla, se pone sus lentes oscuros y desaparece.

Otro hecho que probablemente se lo sacaron de la manga los guionistas es cuando Spassky, después de ir ganando 2-0 el match, le dice a Geller (creo que ese es el personaje con el que habla), que no puede permitir que el match termine si Bobby no se presenta a la tercera partida. Entonces Spassky hace una declaración que no está tampoco consignada: "Jugaré con Fischer en donde quiera él. ¿Quiere jugar en un cuartito detrás del teatro? Ahí jugaré. Le demostraré que soy el mejor". La realidad es que Spassky aceptó jugar en ese cuarto porque el árbitro, Lothar Schmidt, le pidió de favor que aceptara por el bien del match. Vamos, que eso de que está basado en hechos reales es una etiqueta para narrar detalles pero en donde los escritores pueden darse, de la vida del biografiado, las concesiones que quieran. Por otra parte, la película está muy bien ambientada en los años 60s y 70sy la escena final donde Spassky se rinde en la sexta partida del match, se levanta de la mes y le aplaude a Bobby por la estupenda demostración ajedrecística, es de lo mejorcito de la película.

Susan Polgar, hace tiempo comentó la película y no entró en detalles, pero dijo que muchos pasajes son falsos y que lo mínimo que debió hacer el director/productor, era asesorarse con alguien que hubiese conocido a Fischer en vida, incluso ella, que tuvo a Bobby Fischer en Hungría con toda la familia Polgar por un tiempo viviendo con ellos.

Monday, March 10, 2014

Un momento histórico: Kasparov visita la tumba de Fischer


El día que Bobby Fischer hubiese llegado a su cumpleaños 71, Garry Kasparov hizo una visita a su tumba en Selfoss, islandia. Fue un moemnto histórico para el ajedrez. Dos de los mejores jugadores del planeta que nunca se conocieron en vida, están ahora más cerca que nunca uno del otro.

El domingo 9 de marzo del 2014, el presidente de la federación de ajedrez de Islandia, Gunnar Björnsson, llevó a Garry al pequeño pueblo de Selfoss, a unos 50 kms de Reykjavik. Seis meses atrás Kasparov había sido invitado para que visitara la tumba del genio norteamericano. Al mismo tiempo, Kasparov podría tener la oportunidad de entrevistarse con muchos presidentes de federaciones escandinavas y tratar de convencerlos de que voten por él en las próximas elecciones de la FIDE.

Para Kasparov, la visita a la tumba de Fischer fue el evento más importante y se planeó con mucha antelación para que fuese el 9 de marzo, en cumpleaños d Bobby. Kasparov llegó a la tumba de Bobby, se le tomaron algunas fotos ahí y acto seguido, se sentó en la pequeña iglesia que hay en la localidad por un rato. He aquí lo que dijo Kasparov:


"No puedo dejar de pensar que esta es la tumba para las grandes esperanzas, las que no se concretaron, porque mucho pudo haberse hecho. Este es el país en donde Robert Fischer alcanzó su máximo, pero no sólo eso, sino que fue uno de los momentos más gloriosos de la historia del ajedrez. Pudo haber terminado de otra manera. No estamos aquí para hablar de historias hipotéticas, pero es muy triste... Semtimos que muchas grandes esperanzas y expectativas han muerto aquí, sin haber sido realizadas. Todo queda ya más allá de nosotros, todas las controversias, y lo que queda es la contribución única de Robert James Fischer al ajedrez y estoy aquí para pagar este tributo.

Es un sentimiento de tristeza enorme porque... él dejó de jugar ajedrez a los 29 años. Esto es una locura. Cuánto pudo haberse hecho, cuánto pudo lograrse. Si no fuese por esta tragedia que puso a Bobby lejos del ajedrez. De nuevo, todo queda ya fuera de nuestro alcance, las controversias, todas las cosas que se asociaron desafortunadamente al nombre de Fischer. Lo que queda es la tristeza. Él se ha ido.

Y también, no puedo dejar de pensar: nunca lo conocí, lo cual resulta sorprendente. Ok, yo tenía nueve años en 1972 cuando él ganó el título pero aún así, hubo muchas oportunida, hablando técnicamente. Pero desafortunadamente esto nunca pasó y es algo que desde luego, ya se perdió.

1972 fue definitivamente uno de los grandes momentos en la historia del ajedrez. No pienso que el ajedrez haya alcanzado nunca antes el pico de popularidad que logró en 1972. Yo solamente puedo soñar en usar mis capacidades para asegurarnos que la herencia de 1972 y la memoria de Fischer, se repita de alguna manera en el futuro".

Garry firmó el libro de condolencias, en donde escribió: "Hubiese sido un gran sueño trabajar con él para promover el ajedrez, pero no pudo ser. Aún, esta leyenda -estoy seguro- nos acompañará en nuestra búsqueda de hacer del ajedrez el juego popular que quiso Fischer que fuese"

El video de la histórica visita puede verse aquí.

Saturday, August 18, 2012

Todas las fotos de Bobby Fischer


Hoy se ve que he tenido más tiempo libre que el de costumbre y se me ocurrió una idea: hacer un blog con todas las fotos que existan sobre Robert "Bobby" Fischer, el Campeón del Mundo #11. Así pues, quien tenga una fotografía del gran campeón, mándela a mi correo: morsa@la-morsa.com. Prometo poner todas las fotografías con el crédito de quien me las haya mandado.

Hay muchas fotos de Bobby Fischer, muchas regadas en la Internet, pero de pronto salen nuevas fotos desconocidas. Creo que sería interesante tenerun archivo visual histórico del norteamericano. Si además, se tienen fotos fechadas, será aún mejor.

Veamos si esta iniciativa al esfuerzo comunitario de recolectar todas las fotos de Bobby da algún resultado.

Friday, March 09, 2012

En el cumpleaños de Bobby Fischer

Dar click en la imagen para agrandar

Este 9 de marzo Bobby Fischer habría cumplido años, 69 para ser exactos. Su vida fue literalmente de película y llena de mitos y contradicciones y el último libro de uno de sus amigos y biógrafo, Brady, llamado "Endgame" es muy ilustrativo de la literalmente atormentada vida del genio norteamericano.

Yo me quedo con Fischer el ajedrecista, con su pasión por el ajedrez y por todo lo que hizo en pro del juego ciencia. Gracias a Bobby los jugadores de ajedrez finalmente encontraron un modus vivendi poco más que digno. Fischer logró que los premios subieran considerablemente y de hecho, él consiguió jugar un match de revancha contra su antagonista Spassky en 1992, donde la bolsa de premios fue de 5 millones de dólares, lo cual me parece, sigue siendo un récord no batido. Así que todos los jugadores profesionales deben agradecer que gracias a los esfuerzos de Bobby, ahora el ajedrez ha llegado a un nivel en donde los mejores pueden incluso vivir desahogadamente. Cabe decir, por ejemplo, que Anand y Gelfand se repartirán unos dos millones de dólares en su match por el campeonato mundial en mayo de este año. Petrosian y Spassky jugaron en 1969 el campeonato del mundo, por un premio de tan sólo 5000 dólares.

Como sea, hallé esta foto, es de hecho un fotomosaico que no sé quién hizo pero tomando fotos alusivas al ajedrez creó una imagen formidable. La pongo en el cumpleaños del desaparecido Bobby Fischer.

Friday, September 23, 2011

Rescato mi artículo para la revista Proceso



Para qué jugar ajedrez

Cuando empecé a jugar al ajedrez, hace ya muchos años, estaba empezando la adolescencia y Bobby Fischer retaba al campeón del mundo Boris Spassky, de la Unión Soviética. El llamado match del siglo fue espectacular porque desde el final de la Segunda Guerra Mundial, nadie de occidente había podido llegar a la final de un campeonato mundial para retar la soberanía soviética en el juego ciencia.

Fischer no solamente lograría esa hazaña sino que además, venció convincentemente a Spassky y en 1972 el título mundial no sólo lo perdió la Unión Soviética y Spassky, sino que se le tuvo que otorgar a Bobby Fischer, de la potencia enemiga, de los Estados Unidos.

Yo me acuerdo que en esos tiempos, al aficionarme al ajedrez y empezar a estudiar, simplemente lo hacía solo. Estudié muchos libros solo; fui a torneos y mis mejores amigos los hice quizás en ese ambiente.
Compartíamos –y lo seguimos haciendo– esta pasión por el ajedrez. Seguimos reuniéndonos a ver partidas, a platicar sobre los grandes encuentros, a analizar variantes de apertura, a darnos cuenta que el ajedrez de elite de hoy día es muy complejo de entender y que quizás, para nosotros, nuestros mejores tiempos ya han pasado.

Hoy en día hay muchos jugadores jóvenes en el país. Muchos de ellos ya incluso han viajado a festivales ajedrecísticos que se juegan en lugares tan lejanos como la India o Grecia. Muchos de esos niños y jovencitos han ido a esos torneos patrocinados por sus padres porque, no cabe duda, tener un hijo que competirá en el extranjero es algo que debe enorgullecernos como padres, aunque la realidad sea diferente: puede ir a jugar quien pueda pagarse el viaje. Es decir, la Federación Nacional no envía a sus mejores exponentes y por ende, va una pléyade de chamaquitos entusiastas, pero sin la preparación adecuada. Y entonces enfrentan a jugadores que sí juegan bien, que entrenan cotidianamente, que se dedican seriamente al ajedrez.

Para nuestros pequeños compatriotas, estos torneos difícilmente son para foguearse porque, simplemente, no se tiene el nivel, y muchos de esos niños y jovencitos que tuvieron esa experiencia dejaron ya el juego ciencia porque, la verdad, no es muy agradable hacer un punto de 11 posibles, por ejemplo, y quedar en los últimos finales de la tabla. Pero he aquí que la culpa no la tiene el ajedrez ni su dificultad inherente, sino el hecho de que los padres empujan muchas veces a sus hijos a que participen en esas competencias, pensando que con ello los títulos de campeón llegarán automáticamente.

Y los niños no ganan y entonces los padres se molestan. No han entendido que finalmente no se trata de tener campeones nacionales o mundiales en casa, sino que se trata al final del día, que los niños tengan una actividad lúdica que les servirá toda la vida. Por ello, me causa cierta lástima ver que algunos papás de niños ajedrecistas hacen desesperados esfuerzos porque sus vástagos sean grandes jugadores.

Para empezar, muchos de estos padres desconocen que la preparación ajedrecística lleva tiempo y que, además, puede llevar años. Aún así no hay garantía de nada. Es tan complejo y difícil el ajedrez que incluso con las mejores intenciones, el mayor esfuerzo y dedicación, puede pasar que quien se dedique así al juego no logre lo que esperaba. Vaya, qué tan difícil es el ajedrez que ni Garry Kasparov se salva de perder alguna partida.

Por ello mismo, yo apelaría a que la actividad ajedrecística se tome con seriedad pero con alegría. Las hermanas Polgar fueron entrenadas para jugar, por ejemplo, pero jamás recibieron un grito, un regaño, nada malo, si perdían alguna partida. No es casualidad que las tres hijas de Polgar hayan logrado destacar notablemente en el ajedrez internacional e incluso, que Judit, la más chica de las hermanas, sea una jugadora de ajedrez que está en la elite mundial.

Hagamos, pues, gente que ame el ajedrez más que campeones. La competencia es muy dura y aún así se puede lidiar con ello. Se puede llegar a jugar bien e incluso, obtener algún título ajedrecístico internacional, pero eso no es lo importante. Lo que verdaderamente es fundamental es que los niños y jóvenes, atraídos por el ajedrez, puedan admirar el gran arte que tienen en el tablero, que les haga estar felices ver una combinación magistral o bien, que incluso cuando jueguen y pierdan, se den cuenta de sus errores y en esto haya aprendizaje. Si esto se logra, el ajedrez podrá estar presente en la vida de todos los que amamos el juego, con sus grandes jugadores, con sus hazañas memorables dentro y fuera del tablero.

Ya lo decía Fischer: “para jugar bien al ajedrez se necesitan dos cosas: concentración completa y un amor desmedido por el juego”. Y no le falta razón.

Tuesday, March 22, 2011

La culpa es de Bobby



Mi primer contacto con el ajedrez se debió a Bobby Fischer. Corría el año 1972 y el norteamericano había logrado aparecer en los titulares de todos los periódicos. Su match contra Spassky era más que un encuentro de ajedrez, era una lucha entre capitalistas contra comunistas. Era el “mundo libre” contra la “máquina soviética”. Era pues más que jaques en un tablero escaqueado.

Este despliegue mediático en los periódicos de la época me hicieron seguir todas las partidas del que se llamara match del siglo. Entendía poco o nada de ajedrez, pero era evidente que Fischer encendió la imaginación de muchas personas, de muchos niños y jovencitos que a través de Bobby, Caissa los llamaba
a sus filas.

Y así empecé mis desvaríos por este mundo del ajedrez. Fui atrapado por el juego y a la fecha, aunque juegue con menor frecuencia que en otras épocas, la pasión sigue intacta. Han pasado ya más de 30 años de esto y Fischer sigue siendo sin duda un referente. Mi paso por el mundo escaqueado ocurrió gracias al norteamericano. Mis años de estudio en el tablero, de trabajo constante, de competencias, todo ello, es parte de esa pasión que Fischer nos mostró, hay que tener para jugar al ajedrez.

Gracias a Fischer pude conocer de esta gran familia que es el ajedrez, de cómo los jugadores compartimos la pasión por el juego, que raya en ocasiones en la obsesión. Si algo debo decir es que es por Bobby que yo he podido disfrutar de este fantástico e inagotable juego. Y sí, la culpa es toda de Fischer.