México ha sido acusado de narco-país. Y es que llevamos ya décadas con una delincuencia organizada imparable. Recuerdo cuando Calderón decidió atacar el problema del narco con su famosa "guerra" y entonces supimos de personas colgadas en puentes, con mantas colgadas en donde se acusaba a ciertas autoridades o incluso, a otras bandas. Recuerdo que se calculaba que tardaría unos 10 a 15 años terminar con el problema del narco en el país. Sin embargo, eso no ha ocurrido y para colmo, llegaría López Obrador con su política ridícula de "abrazos, no balazos", la cual ahora se critica duramente, porque simplemente en 6 años no se tocó al crimen organizado.
Hoy los Estados Unidos, que también tienen que ver con este fenómeno debido a que son los consumidores de droga más grande del planeta, dicen que los cárteles mexicanos califican como terroristas y por ende, me parece que con esa declaración se sienten con derecho de entrar a territorio nacional y combatir directamente a estos grupos delictivos, porque finalmente, el gobierno no parece hacer nada. Desde luego que eso sería una intromisión a la "soberanía nacional" pero finalmente, si nadie toma acción, se va a perpetuar y agravar el problema delictivo. Ya se indica que más del 30% del territorio mexicano está controlado por los cárteles. Y esto no son sólo dimes y diretes. Hay un número indeterminado de funcionarios de todos los niveles, pagados por el narco y controlando pueblos y ciudades. Vamos, que esto es más que "vox populi". Es una realidad que no se puede ya ocultar.
Con el descubrimiento de un campo de exterminio, en el rancho Izaguirre en Teuchitlán, de nuevo el gobierno enfrenta esta realidad que quiere seguir ocultando. Ya salió el impresentable Gerardo Fernández Noroña a decir que todo esto podría ser un montaje, indicando que sí, hay 200 pares de zapatos apilados pero no podemos saber si son de personas asesinadas o simplemente los pusieron ahí para desatar una campaña mediática en contra del gobierno de la 4T. Hoy las autoridades han cerrado el acceso a este rancho y los grupos buscadores de personas no tienen acceso y desde luego, tampoco los medios. Y esto solamente habla de un Estado fallido que no sabe ya cómo tapar el Sol con un dedo.
Y concedo en el argumento que se esgrime en contra de llamarlo "campo de exterminio" porque poner un crematorio no es hacer una fogata y poner el cuerpo inerte de los muertos para que se carbonice. No es tan fácil. Pero más allá de eso, el hecho es que la delincuencia organizada tiene mucho que decir en este tema y de nuevo, ni se les toca.
Lo notable es que los narcos, los cárteles, ya no sólo no se esconden, sino que además, emiten comunicados en video en donde aclaran las mentiras del gobierno y de los medios por igual. Vamos, se deslindan de toda responsabilidad. En un metraje puede verse a un grupo de personas del Cártel Jalisco nueva generación, todas vestidas de negro y con armas de alto calibre, estar atentas a lo que dice uno de ellos, que lee un comunicado, el cual se publicó en las redes sociales, en donde se dan las explicaciones de acuerdo a lo que sabe el cártel. Esto -creo- habla claramente de quién es el que manda.
Es difícil tapar la realidad del país. Pasamos de ver personas colgadas en puentes, de personas asesinadas y desmembradas, a los anuncios públicos del crimen organizado en donde deciden lavarse las manos de los hechos que se les atribuyen o bien, dar su versión sobre quiénes son los malos de verdad. Este gobierno, como los anteriores, ya tiene una narrativa desgastada contra los criminales para así justificar, en este país, lo que pasa. No importa lo que diga Sheinbaum una y otra vez sobre la imposibilidad de estar coludidos con el narco. Nadie le cree. Vean solamente el caso del gobernador Rocha Moya en Sinaloa. Para la opinión pública no hay duda de que este lamentable señor está coludido con los delincuentes, pero se siente impune y quizás hace bien, porque hasta ahora, lo es.
Vamos a ver cómo se siguen dando las cosas, pero claramente este país no aguanta más las cosas como están, y ante la imposibilidad de resolver esta problemática, ya estoy viendo venir a los gringos a resolver por su propia mano, el problema. Y si eso pasa, ya nos estaremos desgarrando las vestiduras y envolviéndonos en la bandera nacional por la irrupción de los vecinos del norte.