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Sunday, September 16, 2012
Jugando con un gran maestro en casa
Para el jugador que quiera progresar, la fórmula parece simple: mucho estudio, ambición de ganar, motivación de jugar, tiempo para trabajar en el juego, participar en torneos con frecuencia, etcétera. Esto requiere en cierta medida planeación. Está bien si uno ve ajedrez, partidas comentadas, análisis profundos, estudios especializados, temas del medio juego, táctica, finales, aperturas, entre tanto que hay que estudiar. Sin embargo, para sacar mayor provecho del tiempo disponible es necesario sistematizar el estudio, hacer -lo que dicen los que saben- un estudio deliberado.
El estudio deliberado busca llegar a una meta específica. Por ejemplo, quien va a un gimnasio y decide que quiere hacer "bíceps". Si no sabe, buscará a un entrenador que le indiqué qué aparatos debe usar para lograr su cometido. Esto es parte de mantener la salud, sin duda, pero el deportista busca incrementar la masa corporal específica de los bíceps y es un trabajo que se hace deliberadamente para ello. Sí, está bien ejercitarse, hacer "elíptica", correr en la caminadora, etcétera, pero si se desea mejorar en un aspecto en particular, hay que hacer este trabajo específico.
De esta manera hay que enfocar el estudio del ajedrez. Trabajar por ejemplo, en aprender las aperturas que uno quiere jugar. Hay que ver muchas partidas con las líneas que queremos entender y practicarlas cuando se pueda. Cuando uno ve y juega las variantes de una apertura/defensa en particular, empieza a entender las filigranas de esas posiciones. Probablemente uno encuentre maniobras típicas que bien nos harán comprender mejor ciertos esquemas, ciertas posiciones en particular.
Pero este trabajo lleva tiempo y además, esperar a ir a un torneo para ponerlo en práctica. En realidad eso no sería necesario si tuviésemos a un gran maestro con quien jugar y que le dijéramos la apertura a elegir (o la posición en particular desde la cual partir), el tiempo de reflexión con el que quiero jugar y a la hora en la que quiero hacer esta actividad. Tener un gran maestro así sería fenomenal. Lo mejor del asunto es que lo tenemos: se llama computadora.
Los programas de computadora de ajedrez son muy fuertes y los hay en todos los posibles niveles. Tenemos a Houdini o StockFish, que juegan tan bien como los programas comerciales (como Rybka, por ejemplo). Casi cualquier computadora puede alojarlos y correrlos sin dificultades. La mayoría usa una interfaz amable y además, se le puede graduar el nivel con el que queramos jugar. Vamos, hasta los hay -en algunos casos- en versiones para los teléfonos inteligentes. StockFish puede conseguirse para iOS o Android (llamado DroidFish). Una ventaja de jugar contra la versión del teléfono es que tiene velocidad y recursos limitados, y por ende, podría dar más oportunidad al ajedrecista de luchar contra el software, aunque aún así, el nivel de estos ingenios es muy alto.Un programa como DroidFish en el teléfono móvil puede jugar como un gran maestro de más de 2600 puntos Elo. Así que no se puede confiar uno.
Pero qué mejor entonces que poner en práctica nuestras ideas en algunas variantes de apertura jugándolas contra estos programas. El software jamás se cansa, siempre está dispuesto a la batalla y además, nunca la rehuye. Por ello, creo que teniendo estos "grandes maestros en casa" y no sacar provecho de esta posibilidad, es un desperdicio.
Lo importante es que este trabajo de jugar contra la computadora, en la versión que sea, permite al jugador entrenarse. Ya sea para aprender aperturas, practicar finales o bien, simplemente enfrentar a la máquina, todo esto tiene sus beneficios. Por ejemplo, considere jugar una partida "de torneo", con tiempos como 1:30 hrs con incremento de 30 segundos por jugada, contra la computadora, en el programa que quiera usar, advirtiendo que será una partida sin ayuda, sin regresar jugadas, como si fuese en una competencia real. Igualmente, será mejor experiencia poner el tablero y el reloj y anotar la partida, es decir, simular pues las condiciones del torneo y bueno, aplicarse a tratar de jugar la mejor partida posible.
Cabe decir que el resultado es lo de menos. Lo que interesa es poder trabajar en el desarrollo del propio ajedrez. Véalo como un entrenamiento intenso en donde uno puede fracasar muchas veces sin que se contabilice el resultado en la tabla del torneo. Michael Jordan, el basquetbolista, lo ha puesto así: He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mi para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado. He fallado una y otra, y otra vez en mi vida. Pero nunca me he dado por vencido. Y es por eso que he tenido éxito en la vida.
Así pues, ¿por qué no intentarlo? Hágase un plan de jugar -para empezar- a una hora un par de partidas por semana. O una partida de 2 horas por jugador a la semana. Anótelas y después analícelas. Seguro que su ajedrez mejorará. No sacar provecho de un auxiliar como el que otorgan los programas de computadora actuales es francamente ridículo. No tenga miedo de perder porque además, nadie tiene porqué enterarse. Trabaje duro en este sentido y verá que cuando llegue a los torneos con seres humanos hallará que se siente cómodo y que notará -con el tiempo y trabajo constante- la ayuda que pueden darle hasta los programas de ajedrez más modestos en este mercado.
Jugar bien al ajedrez es difícil, pero un trabajo deliberado, sistemático, intenso, puede ser de gran ayuda. En posteriores artículos pondré algunos ejemplos de esto.
Friday, August 03, 2012
Para progresar verdaderamente en ajedrez
En todos estos años de ajedrez he llegado a algunas conclusiones que me dejan en claro algunas de las cosas que sin duda hay que hacer para mejorar en ajedrez. Una de ellas es ejercitarse en la táctica contínuamente. Hacer estos ejercicios de "juegan blancas y ganan", "juegan negras y empatan", etcétera. La razón es que en el entrenamiento cotidiano, el cerebro empieza a guardar la información de todos esos ejercicios que uno debe ir realizando y a la larga, quién sabe con qué mecanismo interno del cerebro, de pronto se convierten en parte de nuestro conocimiento, de nuestro acervo de posiciones ganadoras en ajedrez.
Hoy en día existen cientos de libros dedicados al tema de la táctica en ajedrez. Muchos autores los clasifican por diferentes temas: la clavada, el doble ataque, combinaciones para conseguir el empate, el jaque doble, el rey ahogado, etcétera. Al final de muchos de estos libros el o los autores ponen una especie de examen al alumno, en donde las posiciones no están clasificadas, con la intención de tratar de poner al ajedrecista en las condiciones más parecidas a la partida de torneo.
Quien hace estos ejercicios notará que, con el tiempo, su nivel de ajedrez sube. De pronto verá combinaciones que meses atrás le eran francamente imposibles de encontrar. La mejora sólo podrá llegar si el ajedrecista que busca mejorar trabaja cotidianamente en los ejercicios de táctica. No espere, sin embargo, que haya un cambio radical de ajedrez trabajando en este tema un par de meses nada más.
Pero ¿por qué esto funciona? Mi teoría es simple: Imaginen que alguno de ustedes conoce a mucha gente y de pronto se presenta alguien. A usted le parece conocido. Sí, se parece a su amigo Pedro. Entonces le pregunta a quien se ha presentado su nombre y apellido. Ajá, se apellida igual que su amigo Pedro. Entonces le hace la pregunta obligada: "¿no tienes un hermano llamado Pedro?". Lo mismo pasa con las posiciones en ajedrez. Cada tema táctico, cada posición que uno analice y se ejercite, significa conocer a un amigo más, del cual ha tomado nota de sus características más importantes, así como nota las características que tienen sus diferentes amigos. Cuando en una partida de torneo llegue a una posición donde ciertas características le son familiares, probablemente pueda hallar una combinación oculta en el tablero y por ende, hacerse de un punto simplemente recordando cómo se ejecuta la combinación ganadora.
Evidentemente no todas las posiciones que estudie serán exactamente las mismas que encontrará cuando juegue en alguna competencia, pero si se da el caso en el que se encuentren los mismos elementos en su partida que hacen posible una combinación, es muy probable que usted encuentre las jugadas que le pueden dar el triunfo. Habrá que ver si algún detalle hace, por ejemplo, una combinación conocida irrealizable. Vamos, que en su partida tendrá un escenario como el que le planteaba sobre el hermano de Pedro, el cual se nos hace parecido en términos de cómo se ve o se comporta.
Una pregunta que surge es: ¿cómo le hace el cerebro para que -eventualmente- el estudio de tantas posiciones tácticas termine por clasificarlas y pueda usarlas? No lo sé. Internamente el mecanismo que use el cerebro puede ser muy misterioso, pero el hecho es que hace la tarea de alguna manera, lo cual es consecuencia de este estudio deliberado y contínuo por mejorar en la táctica ajedrecística.
He aquí una lista de libros de ajedrez de táctica. Algunos pueden conseguirse incluso en formato PDF de forma gratuita. Un interesante sitio con colección de libros es elajedrez.org, que vale la pena echarle un vistazo:
- 1001 Combinaciones y Sacrificios Brillantes; Fred Reinfeld; Ed. Bruguera
- 5334 Problems, Combinations, and Games: Laszlo Polgar, Bruce Pandolfini
- Chess Tactics for Advanced Players, Yuri Averbach.
- Winning Chess Tactics, Yaser Seirawan; Microsoft Press
- Combination Challenge, Hall y Hays (similar al de Reinfeld. Probablemente el 85% de los ejercicios hayan sido sacados del de Reinfeld)
- Understanding Chess Tactics, Martin Weteschnik
- The Ultimate Chess Puzzle Book, John Emms
- Forcing Chess Moves: The Key to Better Calculation , Charles Hertan
Así pues, si quiere mejorar en este sentido tiene que disciplinarse y estudiar al menos unos diez ejercicios de táctica. Si hace esto diariamente (de 10 a 20 ejercicios por día al menos), notará cómo mejora su nivel ajedrecístico. No le apuesto nada por ello. Sé que esto pasa siempre.
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