Este gobierno, encabezado por López Obrador, está caracterizado por ocurrencias y dislates. Un par de ejemplos: "la fuerza moral del presidente" (de acuerdo a López Gatell), más poderosa que el covid-19; o la rifa del avión que no se rifó y que fue a pérdidas; o la falta de medicamentos para los niños con cáncer; o el manejo de la pandemia, el cual nos tiene en el cuarto lugar de fallecidos por covid-19.
Y el gobierno puede hacer todas las maromas que sea pero claramente su triunfalismo sobre el aplanar la curva, el domar la pandemia, el ya vamos de salida, se ha venido abajo porque ni se domó nada, ni se aplanó ninguna curva y ni lejanamente vamos de salida. El discurso oficial del inepto de López Obrador ha ido cambiando porque la realidad le da en la cara una y otra vez.
A pesar de un manejo absurdo de la pandemia, que López Gatell le echa la culpa a las co-morbilidades de la población mexicana, la llegada de la vacuna hace creer a este gobierno que ya vamos a superar la problematica. Y la realidad es otra: estamos lejos de superar nada. Primero, hay que vacunar a una población de 127 millones de habitantes, aunque reduzcámosla a 100 millones porque unos 27 millones son niños.
Y este es el absurdo triunfalismo de la 4T: aunque se tengan contratos con las farmaceúticas que crean las vacunas, todavía falta vacunar precisamente a la población. Y vacunar a 100 millones no es un asunto fácil. Vamos, si se llega a vacunar 1 millón de personas por día, habría que hacerlo sin descansoi por 100 días, más de tres meses, y eso suponiendo el estado ideal de que se tienen los insumos, el personal para vacunar, etc. Vamos, que los registros indican que es un éxito para este país vacunar a unos 3 millones a la semana. Si es así, le llevaría al gobierno más deld oble de tiempo, aproximadamente 8 meses, lo cual son muchos meses. ¿Entonces? ¿Por qué hablan como si ya las cosas fuesen a cambiar de la noche a la mañana?
Pero más patético que este reto de vacunación universal, es el hecho de ver Claudia Sheinbaum, gobernadora de la CDMX, a Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, al ridículo Secretario de Salud que más bien es un triste florero, al Secretario de Hacienda, Arturo Herrera y al propio López Gatell, yendo a recibir el primer cargamento con apenas 3 mil vacunas. Sólo faltaron los mariachis y los ¡Viva México!, todos coordinados en la mañanera por el Peje. Ah, qué México más príista, más anquilosado, más lamentable, el cual no ha aprendido nada de su historia pasada. Es decir, tenemos que estar en el escenario para cuando se tome la foto y no nos vayamos a mover, porque no salimos, como bien apuntaba Fidel Velázquez en los tiempos del poderoso PRI.
Por cierto, otros detalles de los cuales no se ha hablado: dijo el Secretario de Hacienda que se gastaron unos 33 mil millones de pesos en las vacunas, unos 1600 millones de dólares. Si se compran 127 millones de vacunas, el numerito habrá costado más de 12 dólares por vacuna, lo que contradice los cálculos del Peje, que hablaba de 4 dólares por cada una de las vacunas. Pero eso no importa. Si esos recursos se gastan para la salud del país, pues adelante. Nomás apunto que para variar, no dicen la verdad.
Este es el México triunfalista de la 4T, que no supo manejar la pandemia y espera que con la vacuna se resuelva todo lo que hicieron mal. Triste desempeño, mucha ineptitud y un gobierno dizque que buscaba el cambio, pero que es más torpe que cualquier gobierno anterior con el que se compare.